Aunque quede antiguo el ¡OTAN no!, estoy convencido de que ningún ejército trabaje por la paz. La OTAN, es, y seguirá siendo, la encargada de «defendernos del enemigo». Transformándose de un organismo teóricamente defensivo, a uno marcadamente intervencionista de los intereses económicos y geoestratégicos de EEUU. La OTAN asume la doctrina de EEUU de ataques preventivos sin límites geográficos frente al terrorismo y las armas de destrucción masiva. Después de la Guerra Fría, la OTAN necesitaba de nuevos enemigos para justificar su existencia. Ataques como el de la Alianza Atlántica en 1999, un bombardeo por «razones humanitarias» contra Yugoslavia, compuesta entonces por Serbia y Montenegro, para poner fin a la represión y limpieza étnica de los kosovares albaneses a manos de serbios. El 11 de septiembre de 2001 tuvo lugar en los Estados Unidos el mayor atentado terrorista de la historia, Estados Unidos y sus aliados invadieron Afganistán, a la búsqueda de al Qaeda. En 2011, la intervención militar de la OTAN en Libia, liderada por EEUU y Francia, bajo el amparo de la ONU, de acusar a Muamar el Gadafi de estar preparando una “masacre” contra su población, donde las consideraciones humanitarias fueron sólo una excusa para propiciar un cambio de régimen. La OTAN se supone, vigila nuestro espacio aéreo y marítimo para protegernos de un posible atentado terrorista o de un país enemigo.
España pasó de «OTAN, de entrada NO» en 1982, a un cambio de postura de Felipe González, hasta el referéndum por la permanencia de España en la Organización Atlántica, en 1986. Con tres condiciones: 1. Que Estado español no se incorporase a la estructura militar integrada. 2. Que se prohibiese instalar, almacenar o introducir armamento nuclear en territorio español. 3. Que existiera una reducción progresiva de la presencia militar de EEUU en el Estado español. En 1999, España se incorporó a la estructura militar integrada, de momento se mantiene la no posesión de armas nucleares y ahora el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, comunicará oficialmente, este martes al jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, un aumento de los destructores en la base naval de Rota de cuatro a seis. En definitiva, España cuenta con 17 operaciones con militares españoles en el exterior, no tiene supuestamente armas nucleares, tiene mayor presencia de tropas americanas y se quiere doblar el presupuesto militar. Y, todo esto en nombre de la paz.
La principal función de la OTAN es intervenir militarmente en todas partes, ha ido ampliando el número de miembros pasando de 16 a los 26 actuales y las posibles adhesiones de Suecia, Finlandia y Ucrania. Está supeditada a la política exterior de EEUU. No es una organización que le importe los valores democráticos de sus miembros, como es el caso de Turquía. La OTAN es responsable de la militarización y del aumento de los gastos militares, supedita a los gobiernos europeos a los intereses y proyectos del negocio militar y de los planes geoestratégicos de EEUU. A la OTAN, le preocupa la inmigración masiva como una preocupación y lo incorpora como objetivo de sus funciones. La OTAN es el instrumento que asegura los privilegios e intereses de los países más ricos del planeta. Si la Rusia de Putin es un peligro, también lo es la OTAN para la consecución de la paz mundial.
No a la OTAN, porque es más necesario invertir en necesidades sociales que en armamento. Por la retirada de España en la estructura militar integrada. Por el cierre de las bases de EEUU y de la OTAN en el estado español. Por no aumentar el presupuesto militar. No hay argumentos suficientes para la guerra, ni para gastar en armas para defender la paz.