La ultraderecha tiene la posibilidad de ser el grupo mayoritario tras la segunda vuelta del 7 de julio, de conseguir una mayoría absoluta en Francia. A partir de los resultados del 30 de junio, tanto Macron, como el primer ministro Gabriel Attal, eran conscientes de la amenaza de los extremos en Francia, pero una prioridad es frenar la mayoría de la extrema derecha de Le Pen en la Asamblea Nacional, aunque tengan que hacer acuerdos con la izquierda francesa a pesar de las diferencias. La izquierda francesa tiene sus partidos moderados, socialistas o ecologistas, pero también los «insumisos». Al presidente Emmanuel Macron le queda cogobernar con la Reagrupación Nacional (RN) y la designación como primer ministro de Jordan Bardella o esperar el milagro de la revancha de la izquierda.
Los partidos de izquierda de Francia y la coalición centrista de Macron retirarán a más de 200 candidatos de las contiendas con tres alternativas en diferentes distritos, donde la extrema derecha tiene posibilidades de ganar un escaño. Lo que está claro es que la unidad de la izquierda es la única posibilidad para contener a los gobiernos reaccionarios. «Uno para todos y todos para uno» , esa famosa frase de «Los tres mosqueteros» de la novela de Alejandro Dumas, que simboliza los ideales de la amistad, honor y lealtad, pero también de una colaboración funcional. La unidad de la izquierda puede evitar que la ultraderecha mande en Francia.
Los franceses y las francesas, votarán por quien quede en las listas, independientemente de que no fuera su primera opción. Puede haber personas conservadoras, socialistas, ecologistas o abstencionistas que el domingo 7 de julio, voten en la segunda vuelta, haciendo un cordón sanitario a la ultraderecha. Todos alguna vez en nuestra vida, hemos colaborado con un buen fin, los franceses tienen la posibilidad este próximo domingo, de evitar un gobierno de Marine Le Pen. La unidad de la izquierda tiene que ser el instrumento para evitar el ascenso de la ultraderecha. Una lección que deberían aplicarse la izquierda española.
En España conseguimos en las elecciones del 23 de julio de 2023, que no se cumpliera, lo que algunos veían ”como algo irreversible”, el gobierno de PP y Vox. Ahora, en Francia esperamos, de nuevo, la respuesta de la ciudadanía. Pero, algo que se debería plantear la izquierda, es ¿ en qué están fallando ? No podemos creernos que es solo un triunfo del discurso populista de la extrema derecha. Y, esto me recuerda en estos tiempos de postverdad, la fabula de Pedro y el lobo: puede que llegue un momento en que la gente deje de creer que el lobo se comerá las ovejas y que nadie ayude. Que a la ciudadanía le dé igual el ganador de unas elecciones y que no les preocupe la amenaza de los extremos, aunque sea la ultraderecha.