Aliança Catalana es la ultraderecha catalana, el partido que será una de las sorpresas electorales del próximo 12 de mayo. Independentista y nacionalista catalán, conservadora en el ámbito social, liberal en lo económico, partidaria de la reindustrialización de Catalunya, defensora de un estricto control de fronteras, populista y xenofoba, rechaza el islamismo. Un partido anti-español, que propone equiparar a los inmigrantes de otras partes de España con los de otras partes del mundo y proponen expulsarlos. Defienden que los catalanes son una etnia aparte. Proponen eliminar la inmersión lingüística y el bilingüismo, quieren que el catalán sea la única lengua oficial de Catalunya. En definitiva, Catalunya para los catalanes.
PSC, ERC, CUP, Junts y Comuns Sumar han suscrito un pacto por el que se comprometen a no aceptar «ni por acción ni por omisión» los votos de ninguna formación de extrema derecha para conformar una eventual mayoría de investidura ni de gobierno. A excepción del PP y Ciutadans, que por lo visto dejan la puerta abierta a la extrema derecha española de Vox, para obtener su apoyo.
Cuando hablamos de ultraderecha catalana, estamos hablando de ultraderecha, da igual sea catalana, española o de otro país. El partido liderado por la alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols, busca tener el mismo éxito que logró en las municipales de 2023. Un partido que apoyará a Puigdemont, siempre que se comprometa a una declaración unilateral de independencia. La extrema derecha catalana de Aliança Catalana tiene posiciones totalmente divergentes con la extrema derecha española de Vox, en relación de Catalunya con el resto del Estado, pero las dos formaciones coinciden en un discurso peligroso y xenófobo.
Si en las elecciones del 14-F de 2021, Vox entró en el Parlament de Catalunya con 11 escaños y se convirtió en la cuarta fuerza, por detrás de JxCat, superando al Partido Popular y Ciudadanos, y convirtiéndoles en la fuerza hegemónica de la derecha. No sabemos lo que pasará el próximo domingo 12 de mayo, pero puede pasar que en el Parlament se encuentren dos fuerzas de ultraderecha: una catalana y otra española, defendiendo unos intereses antagónicos, pero a la vez parecidos. Dos partidos nacionalpopulistas, que cambian los detalles, según del país que defiendan, pero que la filosofía es la misma: soberanismo, seguridad, economía y xenofobia. Dos partidos que trasladan su discurso al resto de la derecha y que los otros partidos de la derecha (catalana o española) puedan acabar hablando como ellos y defender cosas parecidas para convencer a la gente de que no son solo una copia. Como está haciendo el PP, trasladando a su discurso, haciendo suyos los postulados de Vox, dibujando la imagen de una Catalunya insegura y vinculando inmigración con más delincuencia. ¡Peligro!
Tras los resultados provisionales de la elecciones catalanas de esta noche: la derecha y la extrema derecha española tendrán 26 diputados: 15 del PP, que sube 12, y 11 de Vox, que se queda igual que en 2021. Y, la extrema derecha catalana, representada por Aliança Catalana entrará con dos representantes en el Parlament. El radicalismo ideológico a lo largo de la existencia de la humanidad, sólo ha dejado muerte y odio que más tarde éste se traduce en más muerte. Tan peligroso es el resultado de Vox como el de Aliança Catalana.
Vivimos en tiempos de mutación, de personas airadas con el sistema, de oportunistas mediáticos, que dicen a la gente lo que quieren escuchar. Son tiempos de Brexit, del trumpismo, del independentismo catalán, de Vox, Alternativa por Alemania o Hermanos de Italia, entre muchos otros. Todos ellos, apelando a la cultura «woke» y al nacionalismo reaccionario. Convirtiendo la política en un escenario de odio y de lucha irresoluble.
La noticia, no es que el PSC haya ganado las elecciones catalanas, a espera de si podrá o no gobernar. La noticia es que en el Parlament habrá dos grupos de ultraderecha: Vox (el 7,96% de los votos, con 248.554 votantes) y Aliança Catalana (3,78%,con 118.302 votantes). Es decir, más del 11% de los catalanes y catalanas o de los españoles y españolas han optado por votar a la ultraderecha.