La sedición es un problema democrático.

El Gobierno español quiere eliminar el delito de sedición del Código Penal, la propuesta ha sido registrada este viernes por el PSOE y Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados como proposición de ley. Se plantea derogar el delito de sedición y sustituirlo por «una nueva tipología» que sería «desórdenes públicos agravados». En España, se define rebelión como “un alzamiento violento y público” para, entre otros fines, “declarar la independencia de una parte del territorio nacional” (art. 472); y sedición como un alzamiento público y tumultuario para “impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes” (art. 544). El Tribunal Supremo en 2019, impuso penas por el delito de sedición a los nueve líderes del procés a penas de entre nueve y trece años de cárcel, que eran difícil de comparar con los países de nuestro entorno. En la mayoría de estados europeos, a diferencia de España, se requiere el uso de la violencia para ser condenado por este delito.

No por casualidad Carles Puigdemont, Marta Rovira o Clara Ponsatí eligieron refugiarse en Bélgica, Suiza o Reino Unido, donde no existen tipos penales equiparables a los españoles, suponía que no había posibilidades de que las eurórdenes desde España prosperaran en Europa. La detención del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en marzo de 2018, en Alemania también reavivó el debate sobre los delitos de sedición y rebelión y sus equivalentes en otros países europeos. España es una excepción respecto a la sedición, es un problema español, mo europeo.

Eliminar la sedición, no es solo una manera de distender la situación en Catalunya, es un compromiso de investidura de Pedro Sánchez. No debería tener ninguna relación con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, ni ser objeto de una negociación entre el Gobierno de la nación y el Govern de la Generalitat. Es un problema de la democracia española, que nos indicará nuestra calidad democrática y su equiparación con el Código Penal español a la normativa europea. Aunque, también favorezca a los líderes independentistas condenados por el Tribunal Supremo por los delitos de sedición y también pueda favorecer esta reforma que ningún país europeo se pueda negar a extraditar el president Puigdemont. Mientras el PP, sigue haciendo ruido y más ruido para intentar ganar votos de donde sea y también los barones del PSOE, llevando la contraria a Pedro Sánchez, para no perder votos en sus respectivas autonomías. No les importa la sedición, ni España, solo sus sillones…

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