La libertad de prensa como valor democrático.

Que exista libertad de prensa es un indicador de libertad de expresión, de transparencia y de valores democráticos. La libertad de prensa en cualquier plataforma o formato gráfico, audiovisual, radiofónico o digital, tiene como principal objetivo informar y decir la verdad. Para que exista libertad de prensa es fundamental tener medios de comunicación libres, independientes y pluralistas, en los que trabajen periodistas y comunicadores que pueden tener un perfil informativo o interpretativo de las distintas realidades que existen.

La libertad, la independencia y el pluralismo dependerá de la empresa a la que pertenezca cada medio de comunicación: dependiendo de su accionariado, de sus anunciantes e incluso de su perfil ideológico. Por lo tanto, la libertad de prensa, es tener libertad de expresión, para contar las noticias y las opiniones desde el punto de vista particular de cada empresa de comunicación o del partido que gobierne, en los medios de comunicación públicos. Por lo tanto, el periodismo no cuenta la verdad en mayúsculas, porque nada es absoluto, todo es relativo, el periodismo cuenta la verdad particular de cada medio de comunicación, de cada comunicador. Cuando escuchas determinada emisora de radio, ves determinado canal de televisión o lees determinado periódico, estás participando en un relato y opinión de la verdad de una forma particular y muchas veces ideologizada.

Como oyente, televidente o lector tienes que confrontar las diversas verdades, para conocer las diferentes perspectivas de la verdad y quedarte con la que más te guste, la que creas que es más fidedigna o que se adapte más a tu ideología. Para eso debes de «perder el tiempo» en leer, escuchar o ver cosas que no te gustan, para saber también su óptica, su opinión o simplemente su tergiversación.

Un ejemplo de libertad de prensa, sucedió el pasado 29 de junio en las Noticias2 de Antena 3, el director y presentador Vicente Vallés, dando paso a unas declaraciones de Isa Serra, líder de Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid, tras conocerse que Vox ha denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción a Pablo Iglesias y la abogada de Podemos en el «Caso Dina Bousselham», en las que decía: «Vox está dándole una vuelta de tuerca a esa campaña contra Podemos a partir de las cloacas del Estado».

Y, es ahí cuando Vicente Vallés dijo estas palabras:  «Podemos se ha abonado a ese discurso que ya utilizó en las elecciones de que hay una campaña de las cloacas del Estado. Una campaña que, de existir, no ha evitado que Podemos esté en el poder ni que su líder sea vicepresidente del Gobierno».  El director y presentador de Noticias2, que durante la pandemia se ha convertido en uno de los rostros televisivos más críticos con el Ejecutivo, ha dado su opinión, que no sabemos si es la suya personal o la linea editorial de Antena 3.

Llegó el tuit del portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique: «En realidad lo que le pasa a Vicente Vallés es simple y es lo mismo que le ocurre a toda la derecha y la ultraderecha: Le produce sarpullido que las cloacas no consiguieran su objetivo y Unidas Podemos esté en el gobierno. Está en su derecho, pero que no lo llamen «informativos». Después, la entrevista del líder de Podemos Pablo Iglesias en RNE, calificando indirectamente al presentador de Antena 3 Noticias como «presunto periodista» aunque sin nombrarle. A partir de aquí numerosos periodistas han mostrado públicamente su apoyo a Vicente Vallés, defendiendo la libertad de expresión, la libertad de información y la libertad de opinión.

Un partido en el Gobierno debe defender la libertad de expresión, y no debe señalar a los periodistas críticos, se podrá estar de acuerdo o no con sus opiniones. Las cloacas del Estado han existido y han actuado contra Podemos, y deberá la fiscalía y el juez dar su dictamen. Pero, lo que no se puede, es querer mezclar las cloacas del Estado con las cloacas mediáticas, porque ellas tienen derecho a tener su opinión y nosotros a no estar de acuerdo. Todos tenemos la libertad de elección, de que cada uno escojamos lo que queremos leer, ver o escuchar… 

Esta entrada tiene un comentario

  1. En toda la cadena de desinformación interesada que existe en todos los grupos empresariales mediáticos y también públicos, parece que lo menos importante es informar y decir la verdad. En una supuesta libertad de prensa en la que los contenidos se seleccionan mediante algoritmos informáticos, en la que se busca titulares más que contenidos, ataques y mentiras más que información.

    Donde la opinión se basa en tertulias de personas de opinión fundamentada y en atacar al gobierno, aunque se defiendan los argumentos de la ultraderecha, donde el sensacionalismo ha convertido a los medios, en algo que solo interesa sea productivo a nivel publicitario. Y, si no quieres seguir los medios de comunicación tradicionales, siempre te queda el WhatsApp o las redes sociales con sus «fakes» y sus «haters».

    El periodismo riguroso se ha convertido en tabloides sensacionalistas, en prensa sesgada, en caverna mediática y en un gran negocio, donde por encima del deber hacia sus lectores, oyentes o televidentes existen los anunciantes y los intereses económicos de las grandes empresas de información. El objetivo es desinformar, manipular nuestra opinión, crear antagonismos con verdades y mentiras, donde nos sentimos cada vez más desamparados, en la que todo está más contaminado y nos sentimos huérfanos en esta era digital, donde nada es verdad y casi todo es mentira. Pero, si ya podemos criticar a la monarquía, también se debería poder criticar a la prensa ¿o, no?

Deja una respuesta