Definir un trabajo indecente es realmente sencillo, en lo que la mayoría nos pondremos de acuerdo, simplemente no es un trabajo decente y no hablo de rectitud, de honradez o de moralidad. Un trabajo decente es un trabajo regulado, con el que puedas vivir y los trabajos indecentes son aquellos que no cumplen con los mínimos estándares y que no te permiten ganar lo suficiente para pagar tus necesidades. Después podemos hablar de seguridad y no de precariedad en el lugar de trabajo, de protección social para las familias, de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, de mejores perspectivas de desarrollo personal…Cuando conseguir un trabajo, sea decente o indecente, es a lo único que aspiran millones de personas, quizás a muchos les parecerá demagogia, pero, en definitiva es un trabajo y muchas personas se ven obligadas a aceptarlo por necesidad. El problema es que cada día es más difícil aspirar a un trabajo decente, un salario digno y un puesto medianamente estable.
Ahora lo que se lleva es la precariedad, firmar contratos por horas, por días, por semanas, por temporadas… Tener varios trabajos, hacer horas gratis, no respetar unas normas de seguridad e higiene en el trabajo, no poder reivindicar derechos laborales y cobrar también sueldos indecentes. Es lo que hay, lo aceptas o te echan, te quedas o te vas y siempre habrá gente esperando para poder trabajar en uno de esos trabajos indecentes. Te convertirás en un trabajador pobre, que tendrás que escoger entre pagar el piso o comer, entre pagar la luz o comprar ropa para tus hijos, entre malvivir o quedarte en la calle sin nada.
Pero, no te preocupes, tú eres el sacrificado y otros los privilegiados. No importa que hayas perdido poder adquisitivo, ni que te sientas explotado, porque tú no eres productivo. No debes quejarte, debes trabajar más, mejor y por menos dinero. Lo importante es la empresa, el país, la economía, los brotes verdes, tú simplemente eres un eslabón en el proceso productivo. Donde unos directivos tienen sueldos y primas más que decentes y donde los empresarios son más millonarios.
Tienes que dar gracias a Dios por tener un trabajo indecente, porque tú no te lo ganas, ni siquiera te lo mereces. Estarás condenado a ser un número más en las listas de parados, donde un mes aparecerás como empleado y otro como desempleado. Donde en febrero ha subido el paro, el mayor aumento de los desempleados en un mes de febrero desde 2013. Dicen que hemos salido de la crisis, pero algunos seguimos en el túnel sin ver la salida, quizás lo único que nos queda es dejarnos explotar con entusiasmo y aceptar que los empresarios sigan llorando y quejándose…