Ignorar el peligro de un virus.

Hay cosas que es mejor ignorar, sobre todo las cosas que no merecen la pena. Incluso, me atrevo a decir, que uno es más feliz si pasa por alto, ciertos asuntos que no están en su mano solucionar. Pero, ignorar es evadirse de la realidad, es desconocer los problemas que pueda haber y despreocuparse. Es desoír los consejos y las normas, desechando todo lo que pueda alterar la egoísta felicidad. Esto es lo que está pasando con mucha gente que nos rodea, derivado de una fatiga pandémica. La pandemia del COVID-19 nos ha agotado a todos, consecuencia del impacto en nuestras vidas. El virus es algo que no se acaba, que nos tenemos que acostumbrar a vivir con él, al virus se le vence con vacunas, pero no solo en los países desarrollados, la vacunación tiene que llegar a todo el mundo. Pero, sobre todo al virus se le vence con una población disciplinada que cumpla las normas. La única norma que tenemos que cumplir, ahora en España, es el uso de la mascarilla en espacios cerrados, en medios de transporte y en espacios al aire libre en el que por la aglomeración de personas, no resulte posible mantener una distancia mínima de 1,5 metros entre las mismas.

Pues resulta que a muchas personas se le olvida el uso de la mascarilla, cuando no se puede garantizar la distancia social con otras personas. En estos momentos de pandemia, porque aún estamos en pandemia, resulta esencial respetar las medidas de seguridad ante la amenaza de un posible rebrote, que no debería ser en teoría como los anteriores, por tener una tasa de vacunación superior al 80 %. Pero, hay demasiada gente que olvida en sus momentos de socialización su uso, para prevenir en todo lo posible un hipotético contagio. Ignorar el uso de la mascarilla, es una falta de responsabilidad personal y con quien nos rodea. Seremos, probablemente, más felices sin mascarilla, pero estamos entrañando riesgos que no se pueden pasar por alto. El peor mal uso de la misma, no es solo no llevarla puesta, sino tocarla o quitárnosla lo menos posible.

Apenas dos semanas desde la eliminación de las restricciones, excepto del uso de la mascarilla en ciertas circunstancias, y de la recuperación a las costumbres de antes de la pandemia, se ha detectado casos de la variante denominada Delta Plus, la versión de la cepa india que ha provocado una nueva expansión descontrolada en Reino Unido, con la media más alta, reportada desde el 5 de enero. Ya con casos en España. Subiendo los contagios en Rusia, Ucrania, Alemania, Rumanía…, con un nuevo rebrote de coronavirus en China, que es el más amplio desde el registrado en la ciudad de Wuhan a finales de diciembre de 2019. ¿Tenemos que preocuparnos? No lo sé, nos lo dirán las autoridades sanitarias, pero lo que está claro es que es una temeridad ignorar el peligro…

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