Defender lo que no corre peligro, es como defender lo indefendible, solo se hace porque crea un beneficio, sea cual sea. Ahora, se quiere custodiar el castellano en Madrid con la «Oficina del Español», según Isabel Díaz Ayuso, es «hacer de Madrid la capital del español en Europa. Lograrlo tendría grandes beneficios no sólo en el ámbito cultural y académico, también en el turístico, económico y empresarial» No sabemos si un premio Toni Cantó que apoyó en la campaña electoral a la presidenta madrileña y que se quedó sin puesto en la lista electoral por no empadronarse a tiempo o una forma de crear un nuevo puesto de trabajo que reportará 75.000 euros al año al exdiputado de Ciudadanos o una forma de protagonismo de la presidenta Díaz Ayuso.
No creo que el castellano esté en peligro en la Comunidad de Madrid, sino es por el Programa de enseñanza bilingüe español-inglés en colegios e institutos, que abarca desde Educación Primaria hasta Bachillerato. Por lo demás, no creo que haya un especial peligro ni ataque al castellano. Se ha decidido crear una «Oficina del Español» más que por defender una lengua que es «la lengua oficial del Estado» como dice el Artículo 3 de la Constitución Española, por atacar a las otras lenguas españolas de las respectivas Comunidades Autónomas que son consideradas como cooficiales junto al castellano. El catalán, el valenciano, el gallego, el euskera y el aranés son idiomas españoles, igual de españoles que el castellano. Son lenguas oficiales sólo en las comunidades donde se hablan y los Gobiernos autónomos son los encargados de promoverlas.
En la Comunidad de Madrid, se habla el castellano y ninguna capital europea pondrá en peligro dicha capitalidad. Por tanto, estamos hablando de defender algo que no corre peligro. Donde Díaz Ayuso quiere luchar contra los molinos de viento, igual que Don Quijote de la Mancha, queriendo pelear contra enemigos imaginarios o simplemente atacando al resto de lenguas españolas. El «procés» madrileño se basa en la españolidad, en querer patrimonializar el castellano como única lengua española y olvidar que como dice el Artículo 3.3 de la Constitución Española: «La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección»
Defender el castellano a través de una «Oficina del Español» es una tomadura de pelo y un agravio al resto de lenguas españolas, si Díaz Ayuso quiere enarbolar la bandera de la libertad y se ha empeñado en subrayar las virtudes del «modus vivendi» madrileño, de vivir a la madrileña, quizás tendrá que tener una «oficina del dialecto madrileño», que sería la variedad del castellano que se habla en la Comunidad de Madrid. Y, que utilice el madrileño como lengua de valor simbólico tan importante como una bandera o unos límites territoriales. Le animo a defender la lengua madrileña: la pija, la de barrio y la cheli. Hacer un diccionario madrileño, una real academia del madrileño y contando con el apoyo de Toni Cantó para conseguirlo. ¡Ánimo!