Ignorar el peligro de un virus.

Hay cosas que es mejor ignorar, sobre todo las cosas que no merecen la pena. Incluso, me atrevo a decir, que uno es más feliz si pasa por alto, ciertos asuntos que no están en su mano solucionar. Pero, ignorar es evadirse de la realidad, es desconocer los problemas que pueda haber y despreocuparse. Es desoír los consejos y las normas, desechando todo lo que pueda alterar la egoísta felicidad. Esto es lo que está pasando con mucha gente que nos rodea, derivado de una fatiga pandémica. La pandemia del COVID-19 nos ha agotado a todos, consecuencia del impacto en nuestras vidas. El virus es algo que no se acaba, que nos tenemos que acostumbrar a vivir con él, al virus se le vence con vacunas, pero no solo en los países desarrollados, la vacunación tiene que llegar a todo el mundo. Pero, sobre todo al virus se le vence con una…

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El deber de no ignorar la realidad.

Que algo te incomode no significa que debas ignorarlo, el rey tiene el deber de no ignorar la realidad, porque ignorar con su silencio es aprobar la injusticia. Todas las expectativas que la gente tenía con el discurso de Navidad del rey, se han desvanecido: los que esperaban palabras de desaprobación hacia el comportamiento del rey emérito o hacia la "ínsula Barataria" de los militares retirados que llaman a la insurgencia. Solo, los que no esperaban nada de su discurso, han colmado sus esperanzas. Parece que si no se habla de una cosa, es que no ha sucedido: no pienso ergo no existe. La realidad no se puede ignorar y evitar el juicio es prescindir de dicha realidad. No basta con frases grandilocuentes como: "Los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas nos obligan a todos sin excepciones, están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que…

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