Se cumplen hoy 87 años del inicio de la Guerra Civil en España. El revisionismo histórico que hace la derecha actual, descalifica a la República y legitiman el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. El revisionismo histórico, consiste en volver a revisar las fuentes sobre un registro o periodo histórico, ya sea con una perspectiva diferente o con nuevos datos, pero muchas veces solo tienen que ver con la afiliación política e ideología de los que lo estudian. Ahora, solo a cinco días de las elecciones generales del 23-J, gobernando en varias comunidades autónomas y ayuntamientos la derecha junto a la extrema derecha, nos encontramos una España dividida, enfrentada, trasnochada, con odio visceral y aparentemente irreconciliables.
Si las elecciones celebradas el 16 de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, constituido por los principales partidos republicanos y de izquierda pretendían modernizar el país y promover la justicia social. En las elecciones del 23-J el bloque del PSOE y Sumar pretenden lo mismo después de 87 años. El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 eliminó todas las reformas de la República, tanto a nivel agrario, laboral, de enseñanza, de la mujer…, que los gobiernos del Frente Popular habían conseguido. Un golpe de Estado que condujo inexorablemente a una guerra civil y a cuarenta años de dictadura franquista. Un golpe de Estado que fue en defensa de unos ideales religiosos, sociales y políticos concretos, en contra de la democracia y de la libertad. El golpe de estado se dio contra la legitimidad de la República. Ahora, no es que estemos al borde de una Guerra Civil, pero sí ante unas elecciones generales que pueden marcar un retroceso social. Pero, el revisionismo histórico de la derecha sigue sin reconocer la realidad de un golpe de Estado, contra la legitimidad constitucional de la República. Un ataque contra la razón y la Ley.
El próximo día 23 de julio se votarán muchos de los mismos ideales de hace 87 años. Ante una derecha sectaria y totalitaria, que sigue anclada en su revisionismo histórico, pensando en derogar leyes y eliminar ministerios: desde la Ley trans, la Ley de Bienestar Animal, la Ley de Memoria Democrática actual, la Ley de Vivienda; modificaciones de leyes actuales como la Ley de Eutanasia, la Ley de Educación, Ley del Aborto, la Reforma Laboral o la Ley de Violencia de Género… Todo para eliminar ese gobierno socialista, comunista y separatista que lidera el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Por una oferta de «cambio y regeneración» como alternativa de moderación. Un cambio de la mano de la extrema derecha, la misma que no respetó la legitimidad de la República, ni ha respetado la legitimidad del Gobierno de Coalición de Pedro Sánchez y que sigue engañando con su revisionismo.