La derecha reaccionaria, está utilizando el hipotético terrorismo del «procés» para atacar la ley de amnistía, y contra la política del presidente del Gobierno y sus socios parlamentarios. El terrorismo es un fenómeno complejo que a través de actos premeditados y planificados tienen como objetivo crear un clima de miedo y pánico en el conjunto de la sociedad, generando la ruptura de un statu quo. En Catalunya hubo altercados públicos durante el procés, exigiendo más democracia, un referéndum o el derecho a la autodeterminación, pero no hubo terrorismo.
La amnistía del procés es una responsabilidad histórica del Estado para alcanzar fines políticos. La amnistía no es ninguna irresponsabilidad, sino todo lo contrario, es mantener el camino para olvidar la judicialización y retomar con la política, siempre dentro del margen del Estado de derecho y del marco democrático, una manera de hacer tabula rasa con Catalunya, haciendo una tabla sin escribir, careciendo de hechos o contenidos pasados.
La cuestión clave del terrorismo no es fundamentalmente conceptualizarlo, sino sobre todo evitarlo. Pero, vamos a cómo se define el término «terrorismo» en el Código Penal, en el artículo 573, que establece las finalidades del terrorismo: «alterar gravemente la paz pública» y «subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado». El terrorismo es algo más que unas determinadas reivindicaciones políticas que no son atendidas y por ello usan la violencia y el Estado utiliza una violencia que no es propia de un Estado democrático de derecho en aras de la defensa del orden constitucional.
No me gusta nada la violencia y siempre es necesario plantearse si un buen fin justifica cualquier medio para conseguirlo. Terrorismo es el que sufrimos con ETA, con el GRAPO, con los GAL, con el terrorismo yihadista, pero no con los disturbios callejeros en algunas poblaciones de Catalunya. Es evidente que el Estado español con sus estructuras y criterios de actuación legitima los niveles de libertad, de igualdad y de bienestar sociales de todos los ciudadanos del Estado y que tiene que defender e incluso reprimir todo cuanto pueda suponer subvertir el orden constitucional o la paz pública. El terrorismo trata de producir un terror indiscriminado, dirigido contra los derechos fundamentales de las personas y contra el orden jurídico propio de un Estado democrático de Derecho y contra la legalidad internacional. Pero, el hipotético terrorismo del procés es una violencia social, que se ha creado por culpa de la judicialización de la política y de falta de acuerdo entre Estado y Generalitat, quizás hubiera habido violencia fruto de la desesperación o de la manipulación independentista, pero desde luego habría habido mucha menos y por supuesto, no terrorismo.
En definitiva, siempre que hay violencia social y política es porque hay un problema sin resolver o una injusticia, y se reacciona por ello violentamente. La amnistía puede ser una manera de comenzar de nuevo, de permitir hablar, de reconocer un cierto fracaso por ambas partes: Estado e independentistas. Ser capaces de prever los cambios cualitativos y estratégicos del independentismo catalán, determinando con rigor las causas y las posibles soluciones. con la pretensión de explicar lo que ha pasado. Obligando a replantear soluciones y sobre todo voluntad política y nunca poniendo de excusa un hipotético terrorismo que es lo único que a la derecha y la extrema derecha de este país quiere y le interesa ver. Una oportunidad para conducirnos a una cierta esperanza.