El cuñadismo a posteriori de una crisis.

El cuñadismo, son esas personas que saben de todo y que opinan de todo, de cualquier tema que le preguntes. Esas personas que evalúan las cosas a posteriori, a toro pasado. Esas personas que se reproducen con especial virulencia, que participan en tertulias de radio y televisión, que escriben artículos en la prensa o en redes sociales. Pero, que también pueden ser nuestros compañeros de trabajo, vecinos, amigos, desconocidos y por supuesto también un familiar. Son personas omnipresentes, están en todos los sitios y escapar de ellos es casi imposible.

De repente parece que todos nos hemos convertido en especialistas en microbiología o más concretamente en virología. El cuñadismo se atreve a dar su opinión sobre la evolución, los mecanismos de infección, técnicas de aislamiento e incluso las medidas que tiene que adoptar el gobierno. Hasta los políticos caen en el cuñadismo. Lo importante es dar opiniones y más opiniones, diciendo las soluciones siempre a posteriori, después de haber pasado las cosas. Esas personas que piensan que saben los acontecimientos antes de que ocurran y que no se dan cuenta que parece que son los únicos que no se equivocan.  

Los psicólogos lo denominan prejuicio de retrospectiva a este fenómeno «de saber las cosas desde el principio», a crearse un falso recuerdo en el que los individuos piensan que ya sabían la solución antes de que ocurriera. Quizás es una cosa que nos pasa a todos, cuando nos sucede algo, a menudo decimos “¡ya lo sabía!” y sin darnos cuenta, cambiamos el recuerdo de nuestra opinión anterior. Lo vemos tan evidente,algunas veces, que llegamos a creer haber predicho el evento antes de que llegara a pasar. 

La emergencia del Covid-19 está sacando a la luz todos los listillos que saben de todo y que sabían todo lo que había que haber hecho. Esos demagogos, negacionistas, cuñados, terraplanistas y críticos, que ninguno de ellos vio lo que nos venía encima y que ahora llenan sus espacios en criticar las decisiones del gobierno, en su estrategia de hacer demagogia. Quizás porque todo el mundo cree que podría hacerlo mejor, hasta que les toca hacerlo. Es muy fácil, hablar de las medidas que hubiera tomado, criticar lo que se hace y especular con todo lo que no se hace, hace falta un poco más de humildad y no de tanto cuñadismo.

Las catástrofes naturales, los ataques terroristas, los accidentes y las epidemias no entienden de partidos políticos y le pueden tocar a cualquiera. Ahora, hemos de exigir que el gobierno de Pedro Sánchez haga una actuación eficaz y a la oposición demandarles una colaboración crítica, pero leal. No es el momento de utilizar una alarma sanitaria para obtener réditos políticos ni del gobierno ni de la oposición. Después ya quedará tiempo para investigaciones, atribución de culpabilidades y por supuesto, para depurar o no, responsabilidades en las urnas. 

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  1. Parece que algunos solo les importa pontificar el pasado, hablar de todo lo bien que se han hecho las cosas, en los años de gobierno de la derecha y recordarnos todos los males que nos esperan con un gobierno filosocialista, podemita, comunista y bolivariano. La experiencia de la derecha, según ellos, siempre se identifica con una posición política conservadora de defensa del statu quo y que su capacidad de gestión les permite resolver mejor los problemas que la izquierda. Pero, ¿antes que han hecho?

    Las estrategias de la derecha, lo que supone su política neoliberal con sus métodos sorprendentes y sorprendentemente eficaces, siempre se han basado en priorizar lo privado a lo público, en anteponer intereses personales y empresariales a temas de amenaza colectiva, el rebajar impuestos como única receta para la recuperación. Donde la derecha ha sido sinónimo de corrupción, liberalismo salvaje y descomposición moral. Donde la derecha ha sido la principal culpable de los recortes de lo público: en sanidad, en educación y políticas de austeridad social.

    Ahora, no es el momento de criticar por criticar al gobierno, hablando de las bienaventuranzas de los gobiernos de derecha. No es que no se pueda criticar, es el momento de estar unidos, para poder combatir esta crisis sanitaria y de convencerse de que no hay que recortar en lo publico. La muestra está en Estados Unidos, donde la mayoría de los servicios sanitarios son privados y que tienen un verdadero problema de atención a la población en esta pandemia. Muchas de las carencias que hoy está sufriendo el Estado Social e incluyendo la sanidad española, es por culpa de las políticas neoliberales, de las que muchos se sienten tan orgullosos.

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