Derechos sexuales de las mujeres.

Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, son las normas que regulan las decisiones que afectan al cuerpo de las mujeres. Decisiones que son solo suyas. Si bien las mujeres tienen como personas, el reconocimiento internacional de los Derechos Humanos, éstos por sí solos son insuficientes para reconocer sus necesidades particulares y que garanticen eficazmente las injusticias estructurales que experimentan las mujeres por el único hecho de ser mujer. Las mujeres tienen derecho a ejercer el libre control sobre su sexualidad y reproducción sin sufrir discriminación, coacción ni violencia. El Gobierno de España ha aprobado este martes, ampliar derechos sobre el aborto, que permite a las adolescentes la interrupción del embarazo a partir de los 16 años sin permiso de sus padres. Se elimina también la tutela para las mujeres con discapacidad, se ha incluido la eliminación de los tres días de reflexión que se exigen actualmente a las mujeres que buscan abortar y se obliga a reforzar el sistema público para ofrecer este servicio en los centros públicos.

Las mujeres tienen derecho, en condiciones de igualdad, al disfrute y a la protección de todos sus derechos. Por eso es tan importante que la sociedad cree leyes para defender los derechos de las mujeres y hacerlos cumplir. No aprobar leyes es lo que estigmatiza a las mujeres y no al contrario. El derecho a baja por regla dolorosa no debería ser menor que el derecho a una ausencia laboral por otras patologías. Que será una incapacidad temporal que estará asumida por la Seguridad Social «desde el minuto cero» para que no haya discriminaciones en la contratación de la mujer. Para que no sea normal ir al trabajo con dolor.

Uno de los puntos en el acuerdo de Gobierno firmado entre PSOE y Podemos en diciembre de 2019, era incluir la rebaja del IVA a los productos de higiene femenina como compresas, tampones, protegeslip o copas. Y, tener que seguir pagando el 10% de IVA y no se quiera bajar hasta el tipo superreducido del 4% o, incluso, la eliminación. Ya que dichos productos son de primera necesidad y están dirigidos, sola y lógicamente, a las mujeres por su condición biológica. Para las mujeres, la adquisición de estos artículos supone unos gastos extra por la sobrecarga impositiva que conllevan.

Porque el sexismo sigue siendo rentable. Mientras las mujeres siguen luchando por la igualdad de en el trabajo, en el hogar, en la educación, resulta que la asignación del color rosa a “lo femenino” supone un aumento de precio, según el sexo o género de quién lo esté usando. Los productos para “mujeres” son más caros. Una “tasa rosa” que es un indicativo sintomático del sexismo que aún impera en nuestra sociedad. Necesitamos muchas leyes progresistas y de igualdad para eliminar, que la publicidad se aproveche de los estereotipos para mantener ciertos estigmas sociales. Necesario para garantizar la igualdad de género y los derechos sexuales, de cara a una cohesión social real.

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