Vetar dificulta pactar un gobierno.

Vetar puede llegar a ser antidemocrático, engañar a los españoles y españolas por parte del PSOE no tiene nombre. Si antes de las elecciones del 28-A se hubiera dejado claro que existía una reserva a la entrada de Pablo Iglesias o de otros dirigentes de Podemos en un Gobierno de coalición, el resultado de las elecciones quizás hubiera cambiado. No se puede ganar unas elecciones sin mayoría absoluta (176) y necesitar el apoyo de otros partidos para gobernar, debes de pactar y además no poniendo vetos. Ocultar a los votantes es engañar, estar más de dos meses intentando hacer un encaje de bolillos imposible, que el PP y Ciudadanos se abstengan en la investidura de Pedro Sánchez, es también engañar. 

Por fin, se ha desvelado el gran problema para pactar un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, lo ha dicho hoy, el presidente del gobierno en funciones Pedro Sánchez, en una entrevista a La Sexta: «La entrada de Iglesias es el principal escollo para el acuerdo. No se dan las condiciones para que sea miembro del Gobierno” Destaca Pedro Sánchez que tienen «muchas desavenencias a nivel estatal», que Pablo Iglesias no garantiza el comportamiento de las decisiones de las respectivas confluencias internas de Unidas Podemos y lo más grave es la afirmación por parte del presidente en funciones que «Necesito un vicepresidente del Gobierno que defienda la democracia española». Por lo visto, pensar diferente, no es defender la democracia.

Si el PSOE y Unidas Podemos pensaran igual serían el mismo partido, que tengan puntos en común y divergencias es lo normal siendo dos partidos políticos diferentes. Que Unidas Podemos defienden el derecho de autodeterminación, que hablen de presos políticos, que hayan recurrido a la aplicación del 155, no les hace antidemocráticos, simplemente piensan diferente al actual PSOE. Pero, sin embargo pueden tener una agenda social en la que se pueden poner de acuerdo, si se olvidan de vetar y de personalismos egoístas.

La solución no es vetar a Pablo Iglesias y que Unidas Podemos haga propuestas de ministros «cualificados» en las áreas llamadas a ocupar, que según Pedro Sánchez:  «Mantengo la oferta hasta el día de la votación. Después, no habrá ninguna oferta». Vetar a Pablo Iglesias es vetar a todos y todas de Unidas Podemos, pero creer que poner ministros o ministras «cualificados» es tomar por poco inteligente a Pablo Iglesias y su influencia en los propuestos. Todo sea por no tener unas nuevas elecciones, pero un gobierno así, tiene todas las dudas para que pueda funcionar. Ahora, solo queda el movimiento de Pablo Iglesias de renunciar a participar en el gobierno o la opción de nuevas elecciones, que perderá la izquierda y ganará la unión de partidos de derechas… 

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