Es aquel que no se adhiere y no reconoce como oficial ninguna religión en concreto.
España es una nación aconfesional, que mantiene el anacronismo de unas fiestas señaladas con una larga y profunda tradición católica. La Constitución Española regula el derecho de libertad religiosa en España, pero casi todas nuestras fiestas nacionales, autonómicas, locales y patronales son en honor a nuestras Vírgenes o Jesucristo: Semana Santa, Romerías, Corpus Christi, Año Jubilar o Navidad. Mezclamos la religión, el folklore y las fiestas laborales. Celebraciones que se transmiten de generación en generación, que constituyen parte de nuestro patrimonio cultural. Fiestas religiosas que se han mantenido en la democracia, en un supuesto marco de derechos y libertades, pero olvidando la diversidad de creencias y la libertad religiosa. Lo importante para la mayoría de la gente, es que sea festivo, una buena excusa para un puente o para hacer muestra de unos sentimientos y actos religiosos. Fiestas donde se mezcla la religiosidad con las vacaciones, con comer, beber, bailar o estrenar prendas…
Cuatro ministros del gobierno de España, cantaron el himno de la Legión: "El novio de la muerte"; el pasado Jueves Santo en la procesión del Cristo de la Buena Muerte en Málaga. Los ministros de Defensa, María Dolores de Cospedal; de Interior, Juan Ignacio Zoido; de Justicia, Rafael Catalá; y de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, cantando El novio de la muerte resucitan un nacionalcatolicismo en un país que se declara aconfesional desde el Artículo 16 de la Constitución Española, porque la fe de las personas debe estar separada de las instituciones públicas. La fe se manifiesta de forma personal y discreta. No cantando en público un himno que el fundador de La Legión, el militar José Millán-Astray, íntimo amigo y colaborador de Franco, lo utilizaba como himno de este cuerpo militar. No creo que un Estado aconfesional como es el Reino de España, tengan que hacer uso en Semana Santa de poner banderas en los cuarteles a media asta, ni celebrar misas…
La Semana Santa es una de las tradiciones más ligadas a la sociedad española, no sabemos muy bien, si es por tradición o por fe. Pero todos estamos esperando estos días, en que cada uno opta por lo que quiere hacer: unos para descansar, para viajar o para demostrar su fe amparada en la libertad de culto y el respeto a las creencias religiosas. Lo que pasa es que muchas veces, la fe y la tradición de muchos, condicionan la de todos. Podría encontrar muchos argumentos en contra de la Semana Santa, pero quizás serían porque no tengo fe o porque simplemente no lo siento ni lo entiendo. Podría criticar la falsa espiritualidad, el excesivo fervor y la falta de fe de unas personas, que no demuestran con sus actos del día a día sus valores del humanismo cristiano. Pero, como siempre generalizar es equivocarse, y a lo mejor algunos lo sienten…
Llegó la Semana Santa, tiempo de vacaciones para unos, de pasión devoción y tradición para otros, de trabajo para muchos y sobre todo de respeto para todos. España como la mayoría de Estados democráticos de base católica, es aconfesional, no laicista, es decir, no reconoce como oficial a ninguna religión mientras que un estado laico es el que aboga por la independencia de cualquier confesión religiosa. Pero en España somos aconfesionales menos en los colegios con la ley Wert y su clase de religión obligatoria. Y, por la "x" a favor de la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta. Y, el crucifijo en los juramentos de cargos. Y ,las misas en los funerales de Estado, actos civiles y militares. Y, la exención de pagar el IBI por parte de la Iglesia Católica. Y, mientras el Estado siga otorgando indultos a presos con motivo de la festividad de Semana Santa. Y, los domingos por la mañana en la misa de la 2…
La Iglesia Católica, ha inscrito como propios infinidad de templos dedicados al culto y otras propiedades desde 1998, en los Registros de la Propiedad de todo el país. La norma que permite estas inscripciones, es una reforma de la ley Hipotecaria de 1946 que realizó el Gobierno de Aznar en 1998, que permite las inmatriculaciones (el registro de una finca por primera vez), lo que convirtió a los obispos en una especie de notarios y a la Iglesia católica en una gran inmobiliaria,por los que además no paga tributo alguno. Parece que la Iglesia Católica perderá la facultad de que con una sola certificación, más lo que diga el Catastro, pueda inscribir a su nombre por primera vez un bien, según las enmiendas que el PP ha presentado al proyecto de Ley de reforma de la Ley Hipotecaria y de la Ley del Catastro Inmobiliario. Ejemplos de inmatriculación de bienes por parte…