No votar es ignorar un derecho, estoy seguro que todos tenemos razones para no votar este 10-N, a todos se nos pasa el pensar que un voto entre millones es irrelevante, que estamos hastiados de nuestros políticos e incluso que es una opción de nuestra libertad. No votar, es perder la oportunidad de poder escoger una opción que se acerque a nuestras ideas, aunque quizás el dogmatismo de los partidos no se ajuste a mi ideología. Más diría, no votar es dar una oportunidad a los que piensan diferente a mi.
No votar es mostrar disconformidad con el sistema, con la democracia y con los partidos políticos. El escritor José Saramago intentó imaginarlo en su novela «Ensayo sobre la lucidez», en que la población dejó de votar en masa e hizo tambalearse el sistema político. La abstención no cuenta con escaños, es el termómetro de un pensamiento, de un estado de cabreo o incluso de una apatía general. Pero, hay una parte de los posibles votantes, los que tienen unas ideas más conservadoras que no se olvidan de ir a votar. Si los progresistas no votan, se quedan en su casa, siempre ganarán los partidos de derechas y conservadores. Por eso, no hay razones para la abstención.
Muchas veces se vota por convicción, otras por miedo e incluso se vota por castigar al contrario. Cualquier motivo es valido, antes que no ejercer nuestro derecho al voto. Incluso da igual el sentido del voto, porque todas las papeletas tienen la misma legitimidad y al final ganará la más votada o los que sean capaces de pactar. El principio de «una persona, un voto» es lo que hace desaparecer las diferencias entre ricos y pobres, trabajadores o parados, sobradamente preparados o ignorantes… Todos, delante de una urna tenemos la oportunidad de ser iguales, poder ejercer nuestro derecho e intentar ayudar con nuestro voto al partido más similar a nuestras ideas.
Quizás nadie nos solucione nada del todo, quizás el próximo lunes a nadie le cambiará su vida, su situación laboral ni su economía personal. Pero, habrá que creer en la democracia, como «el menos malo de los sistemas políticos”. Fuera de la democracia solo existe falta de libertad y ese es un buen motivo para ir a votar. No hay suficientes razones para el descontento, ni para el desapego, ni para sentirnos decepcionados o engañados… El domingo que viene es una buena oportunidad para que no crezca ni la abstención ni la ultraderecha. Ahora, depende de todos nosotros…