El descrédito de la democracia.

Parece que de un tiempo para acá, hay un interés por parte de algunos políticos, medios de comunicación y en redes sociales, del todo vale con tal de conseguir los fines que se persiguen, de tener escasa ética y de basar todo en «fake news», es decir en mentiras para crear un descrédito hacía la democracia. Se viven malos tiempos para los principios y los valores, para la política y la democracia. 

“La democracia es el menos malo de los sistemas políticos”, decía Winston Churchill, es la única forma de gobierno que cuenta con los ciudadanos y ciudadanas, todas las demás se basan en la imposición, la pérdida de libertades e incluso la violencia institucional. Los populismos se están aprovechando de que la democracia de los diferentes países, no pueden resolver problemas como garantizar los derechos humanos, la seguridad o el crecimiento económico. Por eso atacan a la democracia e intentan crearle  descrédito y prometiendo promesas imposibles a problemas concretos, donde solo importan los resultados de un capitalismo despiadado, olvidando los principios democráticos.

Nos quieren convencer de que la política, no tiene personas honradas con vocación de servicio a los ciudadanos, remarcando la pérdida progresiva de los valores intrínsecos de la democracia como espacio de libertad y de convivencia e igualdad de oportunidades. La habilidad de los populismos es decir lo que la ciudadanía quiere escuchar y denostar a los sistemas democráticos de ser incapaces de encontrar soluciones, diciendo que las cosas no funcionan. La democracia no es capaz de gestionar la complejidad de los problemas, ante la simplificación de los populismos.

El descrédito a la democracia, parte de esos populismos de derechas, en esos caudillajes que proponen soluciones que muchos están dispuestos a escuchar y lo que es peor a votar. Esas personas que se sienten marginadas, que  están hartas de la política tradicional, que tienen demasiados prejuicios y que son parte de la abstención. Esa parte de la sociedad que aunque sea a consta de perder valores democráticos, libertades y derechos humanos, no les importa votar a los enemigos de la democracia. 

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