La violencia no tiene justificación.

La violencia no tiene justificación, es del todo injustificable, no existe ni un sólo aspecto de la agresividad que pueda ser argumentado, ya sea física, verbal o psicológica. Ayer durante su viaje que le trasladaba de Sri Lanka a Filipinas, el Papa Francisco se refirió a la libertad de expresión y a sus «límites»,considerando una «aberración» matar en nombre de Dios. «No se puede ofender, o hacer la guerra, o asesinar en nombre de la propia religión o en nombre de Dios».

Pero, para el Papa hay un límite a la libertad de expresión y puso un ejemplo: «Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el papa aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!», aseguró.

En estas declaraciones el Papa Francisco parece buscar una cierta justificación de la violencia, es un comentario poco evangélico, poco cristiano, poco ejemplar poner la ley del Talión de «ojo por ojo» para solucionar una cosa con la que no estás de acuerdo, decía Mahatma Gandhi  que “el ojo por ojo dejará ciego al mundo”.

Un personaje público y líder religioso puede tener su opinión sobre los límites a la libertad de expresión e incluso mantener dos caminos paralelos como son la libertad de expresión y la libertad religiosa,pero nunca mantener que el insulto merezca una respuesta de violencia física.

El humor de Charlie Hebdo se ataca con más humor o con la Justicia, nada justifica que unas caricaturas que se hacen con un lápiz se respondan a balazos,todas las sociedades y las religiones deben ser capaces de soportar la crítica y la sátira, aunque sea de mal gusto. Porque la libertad de expresión no es solo para lo que estamos de acuerdo, es para todo, incluso para lo que no nos gusta.

El peligro no está en la libertad de expresión, el peligro está en los intransigentes,fanáticos y violentos que no respetan la libertad, no es solo el yihadismo, el discurso de Le Pen ,el movimiento Pegida, es también cualquier disculpa a la violencia como forma de defensa, porque nada justifica la violencia, ni en la calle, ni en la casa, ni en la pareja, ni en política, ni en religión…

Al igual que en la violencia de género, no podemos acusar  a la mujer de ser responsable de su violación por vestir una minifalda, no podemos pensar que los caricaturistas de Charlie Hebdo se lo merecían, por provocadores y por ofender a la religión islámica, no podemos confundir a la víctima con el agresor, porque eso sería buscar una justificación a la violencia.

Deja una respuesta