Privacidad es aquello que no es público, es aquello que una persona lleva a cabo en un ámbito reservado y que nos permite mantener la confidencialidad de nuestras cosas privadas fuera del alcance de otras personas. Pero, cada vez que navegamos en internet, que hacemos un click, que hacemos una búsqueda, que descargamos un fichero e incluso lo que no marcamos indica lo que nos es indiferente. Todo deja huella sobre nosotros, nuestras opiniones, nuestras aficiones e incluso nuestras fobias.
Estamos dejando rastro de nuestra identidad en todo lo que hacemos: en internet, a través de nuestro teléfono, en encuestas, en tarjetas de fidelidad, en nuestras compras con tarjeta de crédito o débito, dejando un rastro de perfil geográfico, perfil de personalidad y de consumo. El desconocimiento que tenemos de lo importante que son nuestros datos personales y lo que significan para esas grandes empresas que comercializan con el «big data», se ha convertido en el elemento fundamental de nuestra economía actual.
Nuestra privacidad la hemos vendido por una búsqueda, por enviar un correo o un tuit, ver un vídeo o compartir una foto.Nos hemos convertido en esclavos de un sistema capitalista cuyas políticas depredadoras solo tienen un objetivo incrementar los márgenes de ganancia de unos pocos, a cambio de una comunicación permanente entre las personas. Hemos perdido algo que la gente no parece valorar, lo privado se ha convertido en público y gracias a los algoritmos nuestros datos servirán para tomar decisiones de marketing y de negocios sin pensar en las personas, ni en sus implicaciones sociales ni culturales. Solo importan nuestros datos por el dinero.
Si alguien controla nuestros datos, nuestra privacidad, controla nuestra vida y dejamos de ser libres. Los gobiernos y las empresas nos están espiando permanentemente y nosotros hemos perdido nuestros derechos y libertades fundamentales. Aparte de estar expuestos a vulnerabilidades por hackers, fake news y publicidad masiva, estamos en una guerra híbrida contra nuestra libertad, porque nos deben asegurar nuestro anonimato. Aunque también se abriría el debate de todos los problemas que supondría que los usuarios no estén identificados. El problema es complicado y la solución no es fácil, pero de momento hemos perdido una cosa que fue importante: la privacidad…