Pedro Sánchez ha sido investido este martes presidente del Gobierno en el Congreso de Diputados con 167 votos a favor frente a 165 en contra. Es una victoria con una mayoría exigua pero totalmente legal, tan legal como tener el apoyo de seis formaciones y la abstención imprescindible de ERC y EH Bildu. No se puede poner en tela de juicio la legitimidad de Pedro Sánchez como presidente y su futuro gobierno, porque a partir del voto de los ciudadanos cumple con la legislación y las normas contenidas para la conformación de un gobierno.
Una investidura con nervios hasta el final, ante la posibilidad de un «tamayazo», pero no hubo sorpresas. Hubo malas artes, presiones por redes sociales y hasta el último momento formaciones como Ciudadanos han pedido que algún diputado socialista rompiera la disciplina de voto. Pero, Pedro Sánchez ha ganado la investidura como presidente del gobierno. Aunque se le acuse de dejar «el futuro de España en manos de los terroristas y los golpistas» (Pablo Casado) o de conformar un Gobierno «ilegítimo» con el «beneplácito de ETA» (Santiago Abascal).
Me preocupa que los que tanto hablan de España y de su unidad, de la Constitución, que están permanentemente hablando de los separatistas, exterroristas, comunistas y socialistas que han investido a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, no acepten que esos diputados han sido elegidos democráticamente y que son representantes tan legales como los demás, aunque tengan una concepción de la nación española diferente. Y, que los embates al Rey en la tribuna por parte de una diputada de EH Bildu, hay que aceptarlos dentro de la libertad de expresión a poder opinar del jefe del estado. A veces les cuesta entender a esa derecha política que España ha dejado de ser «Una,Grande y Libre» y que será lo que quieran los españoles y españolas. Sin que eso sea poner en duda la legalidad de un presidente escogido y votado democráticamente.
Nos espera una legislatura de bronca y crispación, donde los gritos de los parlamentarios de Unidas Podemos de «sí se puede» puede ser si les deja la oposición y todos los poderes fácticos que dominan nuestra sociedad y economía. Ahora, toca escoger el futuro gobierno, celebrar el primer Consejo de Ministros de la coalición, la aprobación de las primeras medidas sociales del nuevo Ejecutivo, la conformación de la mesa de negociación entre el Gobierno central y el catalán que comprometió el PSOE con ERC y sobre todo el respeto mutuo entre PSOE y Unidas Podemos. Si comienzan las guerrillas internas, los excesos de egos y las ganas de sobresalir por encima del otro, será el comienzo del fin del gobierno de coalición.
Dejen de hablar tanto de España y comiencen a hablar de los españoles y españolas, de sus necesidades, de sus problemas, de las posibles soluciones que aporta cada uno para dejar de tener sueldos precarios, contratos temporales, dificultades de acceso a una vivienda, tener una educación pública y gratuita de calidad, de gozar de una buena sanidad, de tener una jubilación digna, de reducir la desigualdad, de ayudas a la dependencia, de recuperar miles de millones de euros prestados a la banca, que paguen más los que más tienen… En definitiva, que no siempre paguen los platos rotos los mismos.
No me hablen de la España que se puede romper, ni de banderas, ni de himnos, comiencen a darme soluciones sobre lo que me interesa. Todo eso que solucione mi día a día, que me asegure mi futuro y el de mis hijos. Dejen de buscar excusas para crispar y para enfrentarnos los unos a los otros. Necesito un gobierno que piense más en mi, que sea capaz de asegurarme que voy a ser más feliz yo y el resto, sin diferencias.
Si un gobierno progresista, de coalición, es capaz de ofrecérmerlo y de no decepcionarme estaré satisfecho. Porque estoy convencido que esta derecha no es capaz de ofrecerme lo que yo necesito, porque lo único que hace es disfrazar de patriotismo sus intereses. Aunque, también estoy preparado para la decepción, a que este gobierno fracase, a que no sean capaces de solucionar los problemas o simplemente no les dejen. De momento, mi voto de confianza en el futuro gobierno de coalición, ahora depende de ustedes que no llegue una nueva decepción…