Hay una opinión en el inconsciente colectivo de que pagar impuestos es malo, de que el dinero que ganamos y las propiedades que tenemos son nuestras y lo destinamos a nuestro único provecho personal. Incluso el no pagar impuestos se entiende como señal de habilidad social. Los impuestos son también parte de la estrategia política, mientras la izquierda sube impuestos cuando llega al poder, para reforzar las estructuras del estado del bienestar, la derecha los baja, recortando el coste de dicho bienestar. Con los impuestos se pagan derechos de los ciudadanos como la sanidad, la enseñanza, los servicios sociales…
Y, eso se paga con los ingresos del Estado surgidos de los impuestos, pagar impuestos es la carga fiscal que tiene cada ciudadano o entidad como aportación necesaria para construir una mayor equidad social. Hay una evidencia las rentas del trabajo sí pagan a Hacienda, pero el capital inventa diversas formas de elusión. Aunque existe una picaresca generalizada de querer ahorrarnos todos el impuesto del IVA en la compra de un producto o de un servicio. Se nos olvida con mucha facilidad de que pagar impuestos es una obligación ciudadana, para poder disfrutar a todos de un bienestar social. Lo que es intolerable es que existan recortes en los servicios públicos por una mala gestión gubernamental y por no cobrar a todo el mundo sus impuestos. No podemos aceptar que el no pagar impuestos los ricos y las grandes empresas sea lo normal. O que supuestamente el rey emérito haya sido comisionista durante cuarenta años y haya eludido sus capitales a paraísos fiscales, y el resto de españoles tengamos que pagar a Hacienda.
Por eso cabrea tanto, que tengan que ser los medios de comunicación los que saquen los trapos sucios de tantas empresas, políticos y famosos que han preferido montar sus negocios offshore y no pagar impuestos en sus respectivos países. Desde 2016 que se expuso a la luz los 11,5 millones de documentos internos del estudio panameño Mossack Fonseca, conocido como Panamá Papers, de sociedades offshore creadas en jurisdicciones consideradas paraísos fiscales, por su baja o nula tributación y el anonimato de sus dueños. Y, ahora aparecen Los Papeles de Pandora, una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, de personas y empresas que han inventado formas imaginativas para escapar del pago de impuestos. Y, que las Haciendas de los respectivos países tendrán que investigar. No pagar impuestos debilita a la democracia y a la sociedad del bienestar, porque la obligación de todos es pagar impuestos, justos, progresivos y suficientes.