No me gusta hacer aseveraciones absolutas, porque corres el riesgo casi siempre de equivocarte. Porque todo es relativo y todo depende de múltiples factores, nada es absoluto, porque todo en esta vida puede cambiar y sobre todo en política. Pero, creo que tienen que cambiar demasiadas cosas para que Podemos pueda ganar unas elecciones generales en España.
Podemos es un canal de indignación, de cambio, como fue el 15-M, pero aún no es un partido de gobierno. O por lo menos no se lo parece a muchos españoles. El 15-M de 2.011, fue un movimiento que recogió un cambio de mentalidad política, el desencanto de los votantes, los culpables de la crisis económica e institucional del país y hacernos ver que el tradicional sistema de partidos español había cambiado. Un movimiento que se trasladó poco a poco a los barrios, a colectivos y organizaciones sociales, entró en las asociaciones de vecinos, en la lucha contra los desahucios, culminó en un partido que fue Podemos.
Tres meses de existencia como partido le bastaron para lograr cinco escaños en el Parlamento Europeo y convertirse en la gran la sorpresa de la jornada electoral. En las elecciones municipales de 2015, Podemos rechazó expresamente presentarse a las elecciones municipales con su propia marca para no ponerla en «peligro» y obtuvo magníficos resultados cosechados por las candidaturas de unidad popular en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, La Coruña o Cádiz. En las elecciones generales del 20-D se convierten en la tercera fuerza política, con 69 escaños con una diferencia de 340.000 votos y 21 escaños menos que el PSOE.
En las elecciones del 26-J todo empezó a cambiar: la unión con IU, la «suma que multiplicaba»; las encuestas optimistas sobre los resultados de Podemos; el cambio a la «socialdemocracia» y el talante menos agresivo de Pablo Iglesias; el descenso de valoración de Pablo Iglesias después de las elecciones del 20-D; el ataque mediático sobre los riesgos de votar a Podemos; el triunfo del Brexit… Todo esto hizo que Unidos Podemos sumara 71 escaños, los mismos que sumaban juntos Podemos e Izquierda Unida tras el 20-D, quedando muy lejos de un «sorpasso» al PSOE y de un posible triunfo electoral. La coalición Unidos Podemos, la unión de Izquierda Unida, Podemos, Equo y las confluencias de Catalunya, Galicia y Valencia, no ha servido; han perdido 1,2 millones de votos que se han quedado en su casa y además no han sido capaces de ganar votos al PSOE.
Podemos ha cambiado la política española, han conseguido que los partidos, estén más preocupados por cuestiones como la mayor democracia interna, la transparencia o la cercanía con el electorado, pero están muy lejos de convencer que pueden ser un partido de gobierno o dicho también de otra manera, hay demasiados españoles que tienen miedo a que Podemos pueda gobernar algún día. Nada es totalmente cierto y nada puede ser del todo falso, nada es absoluto y todo es relativo, todo es susceptible de cambiar, pero lo que es cierto, es que de momento Podemos lo tiene muy difícil para ganar.