Marea blanca en defensa de la sanidad pública.

El movimiento social de la marea blanca, en defensa de la sanidad pública, nació con ímpetu a finales de 2012, en plena crisis económica, pero nunca tuvo el apoyo necesario por parte de todos los ciudadanos, por los recortes de miles de millones de euros para el sistema sanitario, junto con la gestión privada de empresas concesionarias que fue destruyendo la calidad de la sanidad pública poco a poco.

La marea blanca quiso con sus marchas reivindicar los recortes de los respectivos gobiernos socialistas y conservadores, logrando que sus reivindicaciones tuvieran espacio en los medios de comunicación, menos aún en la ciudadanía en general y por supuesto no impidió que la Administración dejara de hacer dichos recortes. Si ahora, hacemos nuestro reconocimiento aplaudiendo, quizás será el momento, cuando acabe esta crisis, de que todos nosotros estemos en las nuevas marchas y reivindicaciones de la marea blanca.

Cada tarde se ha convertido en una costumbre, el reconocimiento a la labor de todo el personal sanitario, aplaudiendo desde ventanas,terrazas y balcones los ciudadanos y ciudadanas. Cuando regresemos a la normalidad de antes, esperemos que nadie se olvide que la crisis del coronavirus ha puesto al sistema sanitario al límite, con las UCI desbordadas, con el personal sanitario exhausto, con una falta de recursos total y además exponiendo su propia vulnerabilidad. No basta con el agradecimiento de los ciudadanos ahora, hace falta el reconocimiento de las respectivas Administraciones, para solucionar todas las demandas que reclamaba la marea blanca, mucho antes.

El coronavirus nos ha demostrado una evidencia, que junto con Italia, la epidemia ha tenido una gran capacidad de contagio, que ha sido mucho más letal que en otros países y que el porcentaje de sanitarios infectados también ha sido superior. Eso significa, dos cosas o que el gobierno español no ha tomado las medidas oportunas o bien que todo se debe a la insuficiencia de nuestro sistema sanitario, tanto en recursos humanos como materiales. Las carencias no pueden suplirse solo con pundonor y profesionalidad de un personal insuficiente, cansado y sin medios. Cuando acabe esta crisis sanitaria, tendremos una crisis económica aún mayor

¿Cual será la solución de nuestros políticos? Seguir haciendo recortes, economizando y privatizando, porque no habrá dinero público para invertir en servicios sociales. ¿Cuál será la decisión de los ciudadanos? Conformarse, castigar al gobierno actual, votar a la derecha o defender sus derechos. La respuesta está en nuestras manos, ahora aplaudimos en los balcones, ventanas y terrazas la labor de los sanitarios, después: ?se nos olvidará o haremos algo por luchar por una sanidad digna y pública?

 

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