Los plásticos y la distopía ecológica.

Los plásticos son parte del abuso tecnológico y de la ignorancia ambiental de muchos de nosotros, parte de una distopía ecológica, en la que el futuro posible que somos capaces de imaginar, en la peor de nuestras pesadillas se pueden materializar de la peor manera. La superpoblación, la aniquilación de la flora y fauna, la sobreexplotación de recursos y los diferentes tipos de contaminación, nos llevan poco a poco a una catástrofe ecológica. Donde un mundo muerto, sin vida, sea el que tengan nuestros hijos y nietos para vivir. 

Podríamos ir diseccionando con precisión quirúrgica cada uno de los tipos de contaminación: del agua, de la tierra y del aire; sea por residuos, contaminación térmica, acústica o lumínica… Cada tipo tiene sus causas y consecuencias en el medio ambiente, afectando a nuestra salud, al bienestar y la supervivencia de la biodiversidad en general. Pero, los plásticos se han convertido en uno de esos grandes problemas, son omnipresentes en nuestras vidas, porque nosotros no somos los responsables de elegir cómo se envasan los productos, ni de cómo se gestionan los residuos. Aunque podemos contribuir con nuestro compromiso y acciones personales.

Las grandes empresas, las grandes marcas son los verdaderos responsables de este problema, de no buscar formas de vender sus productos con envases reutilizables, recargables, o rellenables y acabar con el usar y tirar, y la contaminación por plásticos. Por este motivo, ha comenzado esta semana, del 3 al 9 de junio, un boicot al plástico. Una manera de concienciarnos de la cantidad de envases de plástico que consumimos y tiramos cada día, que acaban en nuestros mares y medio ambiente. Si los fabricantes no quieren cambiar sus formas de fabricación y venta, tendremos que ser los consumidores los que forcemos el cambio.

Pero, esta lucha no debe acabar con esta semana, debe ser más que un boicot, un estilo de vida. Basado sobre todo, en la lucha contra los envases de un solo uso, acostumbrarnos a vivir sin plásticos y a reciclar.  Porque cada vez que compramos productos envasados en plásticos, estamos invirtiendo en un modelo que no es sostenible. Pensemos en una lucha ecologista de urgencia, con el objetivo de proteger la naturaleza y un mundo sin plásticos… 

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