¿Dónde están las esencias olvidadas de la izquierda? ¿Dónde está su espíritu crítico? ¿Dónde está su capacidad de reflexión? Quizás la izquierda tiene sus días contados, porque no basta con proclamarse de izquierdas, si se tienen comportamientos de derechas. Hace falta una renovación de ideas, no basta con ser progresista, hay que ser de izquierdas y demostrarlo. Nos perdemos en consideraciones generales como la libertad, la igualdad, el pacifismo, el feminismo, el ecologismo, la cultura… Pero, nadie se atreve a concretar verdaderas medidas de izquierda. No hay que ser comunista, para ser de izquierdas. Pero, no se puede ser de izquierdas con mentalidad y acciones de derecha.
Algunos votan a la izquierda como contraposición a la derecha, pero ¿tienen ellos las esencias, los valores de la izquierda? Ellos han defendido y votado la defensa de ciertos valores progresistas, pero a lo mejor no son de izquierdas. La cultura política está cambiando, la izquierda y la derecha son dos términos anticuados, desfasados. Pero, la derecha neoliberal sigue ganando, sigue apostando por lo privado en deterioro de lo público, por la globalización, por la precariedad, por la desigualdad… Y, todo esto es lo que está determinando esta sociedad y su voto. La gente ha dejado de ser de izquierdas o no saben lo que significa.
La izquierda no tiene proyectos de futuro, se ha anclado en ser el defensor de las minorías: mujeres, migrantes, discapacitados, desahuciados de la sociedad… Pero ¿dónde están los proyectos de cambio para el resto del país, para el resto de trabajadores, para esa inmensa mayoría de empleados y empleadas, para la sanidad y la educación pública, para una tributación justa,etc? Intentan dar respuestas desde un punto de vista neoliberal, con esos poderes fácticos del capital, que les impide dar una respuesta realmente de izquierdas. Con el que han logrado el desencanto de los votantes, la izquierda se ha convertido en abstencionista, en pasota. Si la izquierda gana, es casi siempre por lo pelos, con la unión de diversos partidos e ideologías progresistas, pero la fuerza y las esencias de la izquierda han sido olvidadas.
La izquierda siempre ha sido más crítica, ha tenido más capacidad de reflexión y menos capacidad de unión y de consenso. El pueblo no se equivoca a la hora de votar, pero lo dicho es muy difícil votar a unas ideas de izquierda con una sociedad que se basa en el consumismo y el hedonismo. Donde la solidaridad, la igualdad, la justicia pueden ser reemplazados por el deseo de comprar un smartphone, un videojuego, unas vacaciones, un coche o un piso. Donde casi todo el mundo está más preocupado por pagar una hipoteca, un préstamo, no perder su trabajo o que gane su equipo favorito, que por unas ideas que puedan cambiar la sociedad o por lo menos que lo intenten… Por eso las esencias olvidadas de la izquierda, nunca volverán…