Podría ser un cuento de la reina de Sevilla y el fascista, pero no es un cuento, es una realidad o más bien una pesadilla. La virgen Esperanza Macarena, es la reina de Sevilla por excelencia, con sus ojos dolientes, sus lágrimas, su señorío y belleza incomparable, disputando el amor cofrade de Sevilla con la otra Esperanza de la Madrugá: la Esperanza de Triana. La Macarena comparte su basílica con el genocida Gonzalo Queipo de Llano. Promotor de la construcción de dicha basílica, realizando numerosas gestiones para recaudar fondos con los que pagar la obra.
Queipo de LLano, fue conocido como el «virrey de Andalucía», asumió el gobierno militar y civil a lo largo de la Guerra Civil, actuando con casi total independencia, siendo artífice de una limpieza política. Representó el terror con sus despiadadas consignas desde las ondas de Unión Radio Sevilla, contra republicanos y homosexuales. Un criminal de guerra denominado por sus matanzas el «Carnicero de Sevilla», responsable del fusilamiento de más de 45.000 personas en Sevilla durante el levantamiento fascista de 1936, que lejos de ser juzgado por sus delitos fue homenajeado con la medalla de oro de la ciudad y el título de Hijo Adoptivo de Sevilla. Enterrado junto con su esposa, en un lugar destacado de una capilla lateral de la basílica sevillana de la Macarena. Además, de dos hermandades sevillanas, la de San Gonzalo en recuerdo de su nombre y la de Santa Genoveva en nombre de su mujer, que han eliminado de sus anales a este fascista.
Diferente es la vinculación de Queipo de LLano con la reina de Sevilla, que llegó a lucir su fajín en numerosas procesiones. En Sevilla se reúne la tradición más conservadora con las más liberales, el alma dual hispalense está en la Semana Santa, en el fútbol y también en la política. Así un fascista comparte basílica con la reina de sevilla, donde parece que la hermandad está orgullosa de Queipo y la ultraderecha con su hermandad. En cumplimiento de la nueva Ley de Memoria Democrática, se prohíbe la permanencia en lugares públicos de los dirigentes del golpe militar de 1936, se ha pedido la exhumación de Queipo. Ya es hora, que la reina de Sevilla, se quede sola, porque más vale estar sola que mal acompañada.