Existe una hipocresía mundial ante la República Popular China, el país más poblado del mundo, tratando de arrebatar a Estados Unidos el primer puesto como potencia económica mundial. Una hipocresía mundial ante un Estado unipartidista gobernado por el partido comunista, donde se vulneran los Derechos Humanos como: la censura, la tortura, la pena de muerte, medidas represivas sobre minorías étnicas, falta de libertad religiosa y política. Nadie menciona que la República Popular China es una dictadura, donde todo queda olvidado por ser una referencia económica y un gran mercado de oportunidades. Desde la proclamación de la República Popular China, el 1 de octubre de 1949, con Mao Zedong al frente hasta hoy en día con Xi Jinping, que ostenta los tres principales cargos de la política china: la presidencia de la Comisión Militar Central, que lidera el ejército chino; la presidencia y la secretaría general del Partido Comunista de China.
Una China gobernada por el comunismo y que aprovecha las bondades del capitalismo abriendo las puertas a los mercados globales, ofreciendo una mano barata para convertirse en la gran fábrica del mundo, aparte de su potencial como gran mercado de consumidores. Por eso, es patente la hipocresía mundial existente ante China, donde parece que está prohibido hablar de nada que no sea su incipiente economía, con la vergonzosa complicidad de los sucesivos gobiernos democráticos mundiales. Hasta que aparece el coronavirus de Wuhan, renombrado con el nombre de Covid-19, para comprobar la importancia económica de China en el mundo. Se ha convertido en algo tan peligroso, que aparte de matar a personas, puede generar una nueva crisis económica mundial.
El Covid-19 está siendo diferente a anteriores coronavirus, que también causaron alarmas sanitarias internacionales en años pasados, como el SARS (síndrome respiratorio agudo y grave) o el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), donde el desconocimiento de su origen, la falta de una vacuna y las medidas que han de tomarse contra ella, están generando miedo, no solo al posible contagio y que se convierta en pandemia, sino a la paralización del comercio mundial. Desde que se conocieron los primeros casos, en diciembre de 2019, el balance oficial de muertos este 14 de febrero era de 1.368 muertes y más de 60.000 infectados. Pero, algo que desconocemos, está generando el miedo en los mercados, quizás por las características del gobierno chino, su falta de información y transparencia, aunque eso poco ha importado al resto de países, hasta ahora.
El comunismo chino ha ido evolucionando a un capitalismo no liberal, dirigido por un poderoso Estado, que está a punto de desestabilizar la economía mundial. Donde el peligro principal de este coronavirus, es la pandemia económica mundial que está provocando, por la dependencia de China que han permitido todos los países, al aprovecharse de su mano barata en la fabricación y donde solo ha importando el beneficio económico, ante la hipocresía mundial ante el resto. Ahora, solo nos queda miedo a lo que pueda pasar…