La extrema derecha en ayuntamientos y autonomías.

Más de un millón seiscientas personas votaron a la extrema derecha en las elecciones municipales y autonómicas del  28-M. Vox ha conseguido 1.665 concejales repartidos en casi un millar de ayuntamientos, de los que gobernará 26 en mayoría absoluta, y otros 100 tras llegar a acuerdos con otras formaciones políticas. Mientras que en 2019, la ultraderecha solo consiguió en las municipales 530 concejales. El PP ha abierto las puertas en ayuntamientos y autonomías a la ultraderecha, aunque todo comenzó con el moderado Juanma Moreno, cuando en los comicios andaluces de diciembre de 2018, obtuvo 12 escaños la extrema derecha y Vox se convirtió en una fuerza decisiva para articular una mayoría de derechas en Andalucía con el Partido Popular (PP) y Ciudadanos (C’s) y el final del gobierno socialista en Andalucía. España ha dejado de ser una de las raras excepciones europeas en cuanto a la presencia institucional de la ultraderecha.

La progresión en el voto comporta una cierta anómala normalización. La extrema derecha influye en la agenda política de forma muy superior a sus votos, obligando a radicalizar el discurso del PP para competir con Vox. Un problema de difícil respuesta, que se plantea para estas próximas elecciones generales del 23-J, es ¿Cómo gobernar con la extrema derecha? Una extrema derecha que representa, en gran medida, una nostalgia del pasado. Donde han incorporado como temas estelares la seguridad ciudadana, el rechazo a la inmigración y que sus formaciones y líderes, hacen un llamamiento centrado en su dimensión “nacional”. De su lucha contra el comunismo a oponerse a la globalización, por su rechazo a los flujos de personas, a las deslocalizaciones industriales, en contra de la cesión de soberanía a la Unión Europea o al multiculturalismo. Anhelando a orientaciones más nacionales y proteccionistas, a una sociedad más cerrada. Además, de una ultraderecha xenófoba, homófoba y machista. Y, otras manifestaciones de intolerancia a través de los hechos, contra los derechos, contra el Gobierno de España, contra las instituciones… Aprovechando el malestar social y erosionando gravemente la democracia.

Este sábado 17 de junio, se constituyen los nuevos ayuntamientos y el Partido Popular se convertirá en la formación hegemónica a nivel municipal en España, con 30 alcaldes en capitales de provincia, y al menos cinco capitales de provincia irán en coalición con Vox. Lo cierto es que el PP ha necesitado que los ultras se abstengan para que prosperen sus investiduras en Baleares, que voten a favor en Comunidad Valenciana. Esperando aún la decisión de la ultraderecha en Extremadura, Aragón y Murcia. Porque, sin el apoyo de Vox, explícito en mayor o menor medida, el PP no podrá gobernar en muchos lugares. La gobernabilidad está en las manos de la ultraderecha, la misma que quiere suprimir el Estado Autonómico, derogar todas las leyes de la llamada «perspectiva de género», la derogación de la Ley de Memoria Histórica, el desprecio por todas las lenguas y culturas que no sean el castellano, la lucha contra la inmigración, el antifeminismo, el machismo, la homofobia…

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