Igualdad y equidad no es lo mismo. La equidad social supone una aplicación de derechos de forma igualitaria para todos los miembros de una comunidad, eso significa que los gobiernos centrales y locales deben proveer a las personas las necesidades básicas a todo el mundo, pero sobre todo a los más necesitados, reduciendo las brechas sociales que se crean. Es decir, que a través de políticas públicas se asegure que todo el mundo tenga las mismas oportunidades independientemente de sus condiciones o circunstancias iniciales, sino del esfuerzo. Y, que exista una renta mínima, sin consideraciones de esfuerzo, que evite que haya personas que estén en situación de privación absoluta. Una sociedad con mayor equidad, será una sociedad más igualitaria. La equidad social evitará que en la sociedad en que vivimos sea injusta.
El concepto de equidad se utiliza como sinónimo de igualdad, de cumplimiento del derecho y la justicia, y también de inclusión. La equidad incluye un valor ético o moral o ético para que un bien o servicio no sea distribuido igualitariamente a toda la sociedad, sino en beneficio de los sectores sociales más desfavorecidos. Pero, la equidad social es un sinónimo de justicia social, es decir, que todas las personas son iguales ante la ley y por lo tanto, nadie debe ser privado de lo que por derecho le corresponde, en relación a la educación, sanidad, justicia… El principal objetivo de la equidad social es que no exista marginación económica, étnica, social o de género. Y, que no se transfieran de generación en generación o por motivos de nacimiento.
Hemos creado una sociedad donde hay ciudadanos de primera y de segunda, donde hay ciudadanos y ciudadanas que parten de situaciones diferentes con barreras sociales, culturales, económicas o políticas que implican su exclusión y desigualdad. El objetivo de la equidad es que, con independencia de las circunstancias en que se encuentre cada ciudadano, todos los miembros de una sociedad tengan las mismas oportunidades, recursos, bienes, servicios y derechos. La única igualdad real no es sinónimo de uniformidad y homogeneidad sino de justicia social en que nadie debe estar en desventaja o excluido.
No basta con ser libre y vivir en una sociedad democrática, sino tienes la alternativa de poder escoger. La condición socioeconómica no puede ser un impedimento para tener menos oportunidades que los demás. La equidad se relaciona con la garantía que todos seamos más iguales y que existan menos diferencias. Y, la obligación que tienen los gobiernos de defenderlo, de reconocer las diferencias individuales y socioeconómicas desfavorables, buscando corregir la inclusión y la injusticia.
La equidad no es un término que se emplee demasiado, por parte de nuestros políticos y dirigentes, ni siquiera por parte de las fuerzas progresistas. Es necesario tener unas políticas sociales sobre la realidad, para intentar cambiarla. No basta con hablar de igualdad, porque el tratar a todos por igual, puede llevar a inequidades. El tratamiento igual significa tratamiento desigual. Se trata de hacer políticas públicas que pretendan generar equidad. Mientras más iguales sean las personas, significa que hay más equidad en la sociedad.
El principal reto de la equidad es llevarla a cabo, por haber tal diversidad de personas, circunstancias, contextos y tiempos en la sociedad, no poniéndose de acuerdo los políticos, en cuál es el tipo de igualdad que se considera más justa en una sociedad. Quizás no hay un único tipo de equidad, sino que cada persona requiere uno a su medida. Pero, si que es necesario establecer unos mínimos que reduzcan la desigualdad.
Solo a partir de una política social se puede hacer una sociedad más equitativa y más incluyente. La crisis sanitaria y económica del coronavirus ha destapado una parte de la sociedad que necesita ayuda por parte del Estado. Donde las colas del hambre, los ERTE, el desempleo, la precariedad, la desigualdad, el fracaso del Ingreso Mínimo Vital,… Se han convertido en una realidad a la que hay que buscar alguna solución por parte del Gobierno de España. Es urgente establecer unos criterios mínimos que tengan como propósito la igualdad y la supervivencia, Antes de que el neoliberalismo de la derecha, venga a «salvarnos»…