La autoexigencia en nuestros políticos, está aumentando. Pero, no es por
querer hacer las cosas bien y esforzarse para ello, tanto en sus comportamientos públicos y privados; simplemente porque las
supuestas irregularidades, las mentiras, el hacer las cosas mal, les está obligando a dar ejemplo y a dimitir. La autoexigencia debe comenzar en analizar en que nos hemos equivocado, rectificar y asumir el fallo dimitiendo.
Se puede dimitir en política por muchos motivos: por mentir; por dar positivo en un control de alcoholemia; por sobrepasar la velocidad en una zona limitada; por plagiar una tesis; por escándalos de corrupción; por mala gestión; por relaciones intimas; por ser desautorizado y desacreditado por sus superiores… Pero, lo más importante es que se dimita, si la gente se lo exige con motivos.
En España, que un político asuma responsabilidades y presente su dimisión, es bastante complicado. Se atrincheran en la absoluta anomalía de no aceptar que una cosa es asumir una cosa políticamente y otra judicialmente. La presunción de inocencia, está por encima de todo, pero un político debe abandonar su cargo, al menos de manera temporal, para afrontar su situación judicial aunque, esté aforado. Y, asumiendo que actualmente se comete el error de condenar mediáticamente a los imputados, siendo muy complicado reponer el honor de una persona si resulta inocente o absuelta.
La autoexigencia parece que han vuelto con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez, con 3 dimisiones en apenas 100 días de gobierno: Màxim Huerta que apenas duró una semana como ministro de Deportes y Cultura, tras conocerse que utilizó una sociedad interpuesta para pagar menos impuestos. Carmen Montón, ministra de Sanidad que ha permanecido poco más de tres meses y que ha presentado su dimisión por las irregularidades en su máster. Y, la dimisión de la directora de Trabajo, Concepción Pascual, que permitió la tramitación del sindicato de prostitutas, después de que el Gobierno reconociera el error e intentase paralizar el trámite. Algo, ha cambiado con el último gobierno de Rajoy…