La primera conmemoración, que no celebración, del Día Internacional de la Mujer Trabajadora tuvo lugar en 1911, aunque las mujeres del mundo venían luchando por sus derechos y libertades desde mucho antes y continúan hasta hoy sin haber conseguido la igualdad, es decir, la ausencia total de discriminación entre los seres humanos, en todos los aspectos. Porque igualdad y equidad no es lo mismo.
La igualdad implica que cada individuo de la especie humana tenga el mismo valor que los demás, evitando cualquier tipo de discriminación, segregación o exclusión por pequeña que esta sea, todos somos diferentes en nuestra constitución biológica y en nuestros aspectos culturales y sociales, con el tiempo se van formando perfiles propios constituyendo estas diferencias la grandeza de la diversidad humana.
Todos los seres humanos debemos estar comprometidos para trabajar por la igualdad, uniendo a ese concepto el de libertad, respeto y tolerancia, porque la discriminación es una situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios y ningún ser humano debería estar por encima de la dignidad de la persona.
El mundo necesita erradicar el machismo, discriminando a las mujeres simplemente por no ser hombres. Tienen mayores dificultades en el mercado de trabajo,existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, existe una angustiosa frecuencia de los abusos sexuales a mujeres y el aumento de la violencia de género. Y, todo eso en los países que denominamos desarrollados que hay unos derechos y educación comunes, porque las mujeres del Tercer Mundo sufren en mayor medida la injusticia y la desigualdad.
Hoy día 8 de marzo, debe ser un día más en la lucha por la igualdad de género, no basta con decretar la igualdad en la ley si en la realidad no es un hecho, el reconocimiento de la igualdad de género ha sido una conquista histórica de las mujeres que debe ser también de todos los hombres.