El fariseísmo y la doble moral describen lo que pasa en la Franja de Gaza, hipocresía de occidente, si comparamos la guerra de Ucrania y la guerra de Israel. «Doble moral» de la UE para acoger refugiados ucranianos, pero cerrar la puerta a quienes huyen de otros países, lo que pone de manifiesto el racismo inherente en las políticas y prácticas de la UE en sus fronteras. Se ha demostrado con la guerra de Ucrania, que se han acogido grandes cantidades de personas en busca de seguridad y acceso a la salud, la educación y el alojamiento. Pero, sin embargo se cierran las fronteras a quienes huyen de los conflictos en Siria, Afganistán y Libia. La respuesta a la invasión rusa de Ucrania significó prácticamente la condena de todo el mundo y se habla de los crímenes que está cometiendo Rusia. Sin embargo, casi nadie habla de la población palestina, donde las fuerzas israelíes tienen al pueblo palestino en un apartheid sistemático, en «la mayor cárcel al aire libre del mundo» como es la Franja de Gaza y con la expansión de Israel para seguir ampliando los asentamientos ilegales.
No hay ninguna diferencia, entre alguien que huye de la región de Donbás, al este de Ucrania, o quien huye del grupo extremista Boko Haram en Nigeria o el pueblo palestino, que desde la creación del Estado de Israel, comenzó la nakba, donde cientos de miles palestinos tuvieron que abandonar sus hogares para que los israelíes se quedarán con su tierra. Inicio del conflicto que hoy enfrenta a ambos pueblos en la franja de Gaza. No es cuestión de antisemitismo, ni de defender el terrorismo, es cuestión de derechos humanos con los palestinos y del fariseísmo de occidente, que apoya a Israel. La repulsa del terrorismo siempre, pero eso no sirve para amparar el ataque y el asedio del ejército israelí a la población civil palestina. Porque Hamás es un grupo terrorista palestino, pero no todos los palestinos son Hamás. Al igual que ETA era un grupo terrorista vasco, pero todos los vascos no eran terroristas.
Después del atentado de Hamás del sábado 7 de octubre, en que arrasaron ciudades fronterizas en un ataque sorpresa, vino la respuesta de Israel, bombardeando la Franja de Gaza con ataques aéreos y la amenaza de la entrada del ejército israelí en Gaza. Este martes, un ataque sobre el Hospital Bautista Al-Ahli de Gaza, que ha provocado cientos de muertos y heridos entre los habitantes de Gaza. En mitad del cruce de acusaciones, no sabemos si la culpabilidad es de Israel o “en función de lo que he visto, parece que fue obra del otro equipo, no ustedes”, dijo Joe Biden al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Ni me creo por supuesto a un grupo terrorista, ni al sionismo que ha desarrollado la ideología de un Estado exclusivamente judío. Pero, lo que está claro es que el mundo observa diferente el sufrimiento de los ucranianos a los palestinos. ¿Por qué será?
Existe un doble rasero de la comunidad internacional, mientras la mayor parte de los Estados condenaron inequívocamente la anexión rusa de partes de Ucrania, en el caso de Israel y Palestina es distinto. No vale el fariseísmo de creerse víctimas, cuando Israel viola los derechos civiles y políticos de los palestinos que están sujetos a un régimen militar y de apartheid. Una vida israelí no vale menos que una palestina, pero el sufrimiento y las muertes de los palestinos tampoco. No es antisemitismo condenar los ataques contra infraestructuras civiles y la privación deliberada de alimentos, de agua y electricidad a la población, así como de sus necesidades básicas. Es fariseísmo ignorar al pueblo palestino y no garantizar el respeto del derecho internacional y humanitario. Porque ni la mayoría de los palestinos no pertenecen a Hamás, ni Hamás representa al pueblo palestino.