La reforma fiscal imperfecta.

La reforma fiscal estaba incluida en el pacto de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, una reforma fiscal que debía ser justa y progresiva que nos acerque a Europa y en la que se eliminen privilegios fiscales. Donde el Gobierno impulse políticas sociales y nuevos derechos, lucha contra el fraude fiscal y el aumento de la progresividad del sistema fiscal. El Gobierno de coalición han alcanzado un pacto, que pasa por subir los impuestos a los patrimonios de tres millones de euros y por bonificar a su vez a las rentas de menos de 21.000 euros, frente a la deflactación lineal que propone el Partido Popular. Una reforma fiscal imperfecta donde el impuesto de solidaridad de las grandes fortunas, será temporal y se aplicará únicamente en 2023 y 2024.

No solo el uso eficiente de los fondos europeos puede propiciar la recuperación, tiene que venir acompañado de una reforma fiscal que permita el refuerzo de derechos sociales y los niveles de desigualdad, garantizando la estabilidad presupuestaria y la reducción del déficit y de la deuda pública. Todos debemos contribuir a los impuestos, aunque a nadie le gusta pagar impuestos. Sin impuestos es imposible el estado de bienestar y poder fortalecer los servicios públicos. España no puede invertir en I+D, subir pensiones, intensificar la sanidad pública, la creación de empleo, la transición ecológica, la educación, la protección social…, con niveles inadecuados de justicia fiscal. Y, para todo esto, se deben revisar innumerables aspectos, desde la lucha contra la evasión y elusión fiscal; pasando por la tributación de las grandes corporaciones, entidades financieras y empresas de hidrocarburos; el cobro de deudores a la Hacienda Pública; el control sobre las SICAV; subida de impuestos verdes; hasta aumentar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para los contribuyentes que tengan rentas más elevadas.

Y, sobre todo es necesaria una reforma fiscal porque hay un desequilibrio entre lo que recauda por los impuestos y lo que el Estado gasta. Para que la economía de un país prospere, es necesario llevar a cabo modificaciones en las leyes fiscales, no se puede quedar solo en un impuesto a grandes fortunas frente a la exención autonómica de los impuestos de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones. El Partido Popular sigue acusando al Ejecutivo de quedarse con el dinero que los españoles pagan de más por la inflación para utilizarlo con fines electoralistas y creyendo que la solución es bajar impuestos, la deflactación del IRPF para rentas medias y bajas , la rebaja del IVA en productos básicos del 10% al 4%. El PP habla de bajada de impuestos, cuando solo beneficia a las grandes fortunas en las comunidades donde gobiernan los populares. De momento seguimos con parches que parecen improvisados ante el anuncio de rebajas impositivas autonómicas, que la convierten en una reforma fiscal imperfecta.

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