Cada cuatro años, se nos da a los ciudadanos la posibilidad de elegir a los que nos gobiernen. El voto protesta se ha convertido en algo que ha pasado de ser anecdótico para los partidos que tienen opciones reales de gobierno a una preocupación. El voto y la abstención como forma de protesta, supone los que lo hacen debido a factores individuales y los que lo explican como protesta activa, a partir de factores sociales. En los factores personales puede influir variables como la educación, el estatus social, la situación laboral, los ingresos, la edad, y otras similares. Sin embargo en la protesta activa parte de factores como la ineficacia política, el simple desengaño o el cansancio de la ciudadanía. Con el voto se decide una opción que, ya sea por el candidato, el partido o ambos cumplen con la expectativa de gobierno; sin embargo, para muchos electores cada vez es más difícil votar no por la falta de opciones, sino por considerar que ninguno de ellos cumplen sus expectativas.
Esto significa que no sólo existe gente que no quiere participar en una elección, sino además que hay personas que buscan un voto de protesta. Porque cada vez gente considera que los partidos tradicionales no tienen su confianza y buscan otras opciones. El conjunto del voto en blanco, del voto nulo y la abstención suponen también parte de ese voto protesta que es una expresión ciudadana legítima y pacífica contra el sistema y sus gobernantes. El voto protesta es una amalgama entre el problema del abstencionismo y la incredulidad del ciudadano, abriendo