Que la derecha y ultraderecha es lo mismo, lo demuestra que hay cinco gobiernos de coalición de PP con Vox, en cinco autonomías: Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia. En Baleares no ha entrado Vox en el Gobierno autonómico, pero sí en los consells insulares de Mallorca y Menorca. Aparte de grandes municipios como el de Valladolid, Burgos, Toledo, Ciudad Real y Guadalajara. Vox se ha convertido en el principal socio a nivel municipal del PP tras el 28–M, consiguiendo 33 ciudades de más de 10.000 habitantes en las que no había sido la lista más votada.
En el ocaso de la dictadura y principios de la Transición la ultra-católica Fuerza Nueva, liderada por Blas Piñar, quiso aglutinar a gran parte de los elementos más nostálgicos del franquismo y a un sector juvenil muy activo, Fuerza Nueva, con gran capacidad de movilización. Constituido en partido político a partir de 1976, fue el único partido de extrema derecha que consiguió representación parlamentaria en el congreso de los diputados en 1979 con menos de 400.000 votos. Fundó el sindicato Fuerza Nacional del Trabajo. Pero, tras el golpe de estado del 23-F y los escasos resultados electorales de 1982 la ultraderecha se vio incapaz de conseguir nada políticamente. La mayoría de los militantes y cuadros políticos de Fuerza Nueva se enmascararon dentro Alianza Popular promovida por Manuel Fraga en septiembre de 1976 y luego convertido en el Partido Popular que se convirtió en la continuidad del franquismo sociológico.
Vox no deja de ser un escisión del PP, donde incluso su presidente Santiago Abascal había pertenecido al PP más de 10 años. Funda Vox, a finales del 2013, junto a José Antonio Ortega Lara, José Luis González Quirós e Ignacio Camuñas. Y, en 2014, tras la salida de Alejo Vidal-Cuadras como presidente del partido, Abascal es elegido presidente de Vox, hasta el día de hoy. Cuando Vox emerge institucionalmente fue en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018, se calificó a este partido ultraderechista como neofranquista, fascista, neofascista o nativista, pero aún así, se ha convertido en el tercer partido más votado y aliado necesario del PP. Incluso en un hipotético gobierno de Feijóo.
El PP no querido hacer el cordón sanitario a la ultraderecha, como medio de aislarlo. Una extrema derecha, antipolítica, poco constructiva y fundamentada su actividad parlamentaria alrededor de la crispación y los discursos de odio. El PP ha preferido hacer gobiernos de coalición y hacer acuerdos programáticos con ellos, convirtiéndose en algo similar a la extrema derecha. Faltaba el último acuerdo, el de la Comunidad Autónoma de Murcia. Fernando López Miras, ha sido reelegido este jueves en el cargo por mayoría absoluta, con los 21 votos de su partido y los 9 de Vox, tras el pacto de gobierno alcanzado por ambas formaciones. Feijóo se ha olvidado de la centralidad política de la que presumía en Galicia y ha pasado a necesitar a Vox, a la extrema derecha. Derecha y ultraderecha es lo mismo, no sabemos si para intentar recuperar sus antiguos votantes que ahora votan a Vox o porque siempre han sido lo mismo.