No se acabó la fiesta de la democracia.

No se acabó la fiesta de la democracia. Aunque una agrupación de electores populista de extrema derecha como Se Acabó La Fiesta (SALF), haya obtenido 3 escaños, el 4,59% de los votos, en las elecciones europeas celebradas este 9 de junio. Más de 800.000 españoles han confiado en un movimiento liderado por Luis Pérez Fernández, más conocido como Alvise Pérez, una especie de outsider y Robin Hood de la antipolítica, que dice que lucha contra las élites políticas, mediáticas, económicas, combatiendo la corrupción y el sistema partitocrático, persiguiendo a corruptos, pederastas y criminales.

Las elecciones europeas son las únicas elecciones donde cada voto tiene el mismo peso y que beneficia a partidos minoritarios. Todo ciudadano residente en la UE y que reúna los requisitos de compatibilidad establecidos en el reglamento pueden presentar una candidatura. Para ello, deben recibir el aval de 15.000 firmas o de 50 cargos electos. Recordemos que en España, en la legislatura de 1989, el fundador de Rumasa, obtuvo dos escaños para el Partido del Trabajo y Empleo-Agrupación Ruiz-Mateos bajo el eslogan «Que me votes, leche». Unas elecciones europeas donde se presentan partidos extravagantes: en Chequia, un partido llamado «No votes por nosotros», el sueco «Partido del Pollo Malvado» o  el «Partido del Perro de Dos Colas» de Hungría o el «Partido de la fiesta» alemán, que se burlan de la política tradicional.

Cerca de 370 millones de personas han sido llamadas a votar este 9 de junio, para elegir 720 europarlamentarios entre más de 15.700 candidatos. Donde la participación en España en las elecciones de 2024 al Parlamento europeo se coloca en el 49,22% y en el resto de Europa con porcentajes muy similares. Es decir, a la mitad de europeas les importa muy poco o nada dichas elecciones. En la UE en su conjunto, el PP europeo gana las elecciones, seguido de socialdemócratas y liberales. Y, los partidos de extrema derecha rozan el 25% de los escaños en el Parlamento Europeo. El PP ha ganado las elecciones europeas en España, por menos de dos puntos y dos escaños de ventaja al  PSOE. La extrema derecha de Vox y SALF se suman al ascenso de la extrema derecha en Europa con el 9,6 %  de Vox y el 4,6 % de SALF. Es decir, la ultraderecha en España ha obtenido más 2,5 millones de votos.

Sin olvidar, que en el resto de Europa, la ultraderecha ha ganado en Francia, en Italia, en Austria, en Bélgica, segunda fuerza más votada en Alemania y Países Bajos. Una ultraderecha que normaliza sus demandas soberanistas, racistas, xenófobas, su negación de la emergencia climática y sus ansias belicistas. Desde mantener posturas pro Putin y defender un discurso de menor integración europea y mayor competencia nacional de Marine Le Pen a posicionarse por Ucrania y tener posturas más europeístas como Meloni. Pero, ambos grupos tienen líneas muy similares contra la inmigración y se apoyan en un discurso económico de liberalismo radical y, sobre todo, de que los Gobiernos nacionales pierdan más peso frente a las instituciones europeas.

No se acabó la fiesta de la democracia, por este aumento de la ultraderecha. Aunque, uno de cada cuatro eurodiputados serán de extrema derecha en el Parlamento Europeo. Buscar explicaciones a posteriori, ya no tiene solución. Los que han votado a la ultraderecha buscan un voto de castigo a la política tradicional, un voto de desencanto, de indignación, de cabreo… Un voto que va contra todas las fuerzas políticas, que incide en el reforzamiento contra la corrupción, la inmigración irregular, la inseguridad o las políticas de género. Donde los bulos y el «fake» hacen crecer los seguidores de Alvise Pérez en las redes sociales, ni les hace falta un programa electoral y además le votan, reconociendo además que busca conseguir la inmunidad judicial que proporciona ser europarlamentario para dilatar procesos judiciales en su lucha contra los políticos.

SALF ha sido la sexta fuerza más votada en estas elecciones, le han faltado poco más de 11.000 votos para arrebatarle el quinto lugar a Sumar con 3 escaños y se han quedado a menos de 60.000 votos del cuarto Ahora Repúblicas (ERC-EH BILDU-BNG-ARA MÉS). Y, ha superado por más de 200.000 votos a Podemos, cuya formación ha perdido 4 escaños respecto a 2019. La izquierda tiene un problema grave, de confianza, de credibilidad y de unidad. La derecha y la ultraderecha sigue avanzando en España, en unas supuestas nuevas elecciones generales: el gobierno progresista peligra. Pero, aún no se acabó la fiesta de la democracia, sigue habiendo escondidos en la abstención millones de españoles y españolas que confían en la democracia, en la igualdad de derechos sociales, en la paz, en transición ecológica y en la solidaridad.

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