La importancia del tiempo en todo es fundamental y su incidencia en la política, es tan importante como que exista el tiempo de la política, para solucionar los posibles problemas que no se han sabido solucionar por otros medios. Todo principio de no coincidencia suele ser un inconveniente para solucionar la realidad social, ahora es tiempo de la política o de la confrontación. El tiempo lo dirá. Es ineludible, que para que algo cambie, es necesario modificar los planteamientos, el escenario y los posibles objetivos. No basta con dejar pasar el tiempo y que se arregle todo sin hacer nada. Ni las soluciones a los problemas se arreglan creando otros problemas. Decía Groucho Marx que: «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados» Este podría ser un buen resumen del conflicto catalán, tanto por parte del Govern como del Estado. La política debe ser útil y buscar soluciones.
Llevamos demasiados años arrastrando el problema catalán, que no se ha solucionado ni con diálogo, ni por vía judicial, ni con represión, ni dando tiempo al tiempo. Porque las cosas no se solucionan solas, ni con procrastinación, ni con aplazamiento, ni con diferimiento. Cada problema tiene alguna solución o al menos hay que intentarlo. El indulto a los presos independentistas, quizás no es la solución, pero por lo menos es una forma de intentarlo. Ahora, debería ser el tiempo de la política, de hacer gestos tanto por parte de la Generalitat como del Gobierno de España. Ya basta con la idea de que «tonto el último» o que «el último en salir apague la luz», la política es también no dejar las cosas para mañana. Necesitamos olvidar la confrontación e intentar que la política y los políticos sirvan de algo. No solo por Catalunya, ni por España, sino aunque solo sea por la convivencia.