78 millones de personas han contraído el VIH, desde 1981 y 35 millones han muerto con el estado avanzado de la infección que es el sida. Desde que empezó la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, el objetivo de la ciencia ha sido obtener una vacuna, lo paradójico es que después de cuarenta años, no hay una vacuna para el VIH, que fue considerada la gran pandemia del siglo XX. La ciencia ha sido capaz de crear una vacuna para el Covid-19 en menos de 10 meses, pero no han sido capaces de encontrarla, para el sida. El Síndrome de InmunoDeficiencia Adquirida supone la última fase de la infección del VIH, donde el virus es el VIH y la enfermedad que puede llegar a desarrollar este virus es el sida. Y, que gracias a los tratamientos antirretrovirales, lo más normal, por lo menos en occidente, es vivir con VIH sin llegar a desarrollar nunca el sida. Convirtiéndose la infección por VIH, en una enfermedad crónica pero no mortal.
La estigmatización, la discriminación y la negación del sida, la han convertido en una enfermedad que no se ha abordado desde el mismo interés científico que el Covid-19, quizás porque ha habido demasiados prejuicios y muy poca inversión económica. Desde que en los años 90 se descubriera unos tratamientos antirretrovirales, parece como si comunidad científica hubiera aceptado que no tiene cura y que es suficiente con mantener un estándar de vida a los pacientes. Me pregunto si hubieran muerto de Covid-19, 35 millones de personas en casi 40 años, ¿se hubiera encontrado una vacuna? Parece que, como las vías de transmisión del VIH son únicamente tres: la vía vertical (la que se da de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia), la vía sexual (a través de relaciones sexuales anales, vaginales u orales sin protección) y la vía sanguínea (mediante transfusiones o intercambio de material inyectable) se le ha dado un cierto estigma y discriminación por parte de la Ciencia y de los que tenían que poner los recursos para su investigación.
Sin embargo dicen los científicos que la explicación de no haber encontrado una vacuna, es que el VIH muta mucho. Pero, a lo mejor es también una cuestión de negocio por parte de la industria farmacéutica: porque los tratamientos antirretrovirales se toman toda la vida, mientras que la vacuna solo una o dos veces. Pensando que el Covid-19 va a tener sus vacunas, ¿quiere decir que la industria farmacéutica se conforma solamente con el beneficio económico de las vacunas? Si el VIH ataca al sistema inmunológico, el Covid-19 ataca al sistema respiratorio ¿Mutará el Covid-19? ¿Cada año nos tendremos que poner una vacuna? ¿Habrá vacunas para los países pobres? ¿ Es todo un simple negocio? Quizás demasiadas preguntas sin respuestas, donde parece que el dinero está por encima de la salud y de la vida de las personas.
El Reino Unido ha iniciado hoy, la campaña de vacunación contra el Covid-19. Una mujer de 90 años ha sido la primera paciente del mundo en recibir la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer tras su aprobación en Reino Unido. Un brote de esperanza para acabar con esta pandemia y el paso progresivo de que va llegando a todos los países, incluido el nuestro. Como siempre el Primer Mundo acapara dosis suficientes de vacunas para vacunar casi tres veces a toda su población.
Mientras los países ricos planifican sus campañas de vacunación y los ciudadanos sueñan con poder volver a la ansiada normalidad de antes. El resto de países pobres tendrán que esperar o simplemente no podrán vacunar a todos sus ciudadanos, porque no tienen dinero ni para eliminar las hambrunas. Lo que significa que en un mundo global, si la vacuna no llega a todos, o por lo menos a una amplia mayoría, no se podrá alcanzar la inmunidad de rebaño.
Si la comunidad internacional no entiende que si a muchos países de África, centro y sur de América no llegan las vacunas, todo esto no va a servir de nada. La industria farmacéutica tiene que buscar opciones para esos países que comprar y suministrar la vacuna, les supone unas inversiones muy importantes. Solo queda la solidaridad de los países ricos con los pobres, para que la vacuna llegue a todo el mundo. La población mundial somos más de 7.000 millones de personas y un porcentaje muy importante depende de alguna manera de la ayuda internacional. ¿Estarán las empresas farmacéuticas a bajar el importe de las vacunas? ¿Pagará las vacunas la Comunidad Internacional? O simplemente los pobres se seguirán muriendo de hambre, de guerras y enfermedades como siempre…