La relación entre nuestro pasado reciente y la democracia española, es una de las grandes anomalías que aún nos queda por resolver. El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la nueva Ley de Memoria Democrática que sustituirá a la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007 bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Pretende reparar a las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura, e impedir que se ensalce el franquismo. El Partido Popular y Vox ya han anunciado que derogarán dicha ley, si llegan al poder. Después de 82 años, del final de la Guerra Civil y de 46 años del final de la dictadura franquista, aún hay demasiadas heridas no superadas. España ha conseguido ser un Estado social y democrático de Derecho, donde los derechos humanos son reconocidos y garantizados, donde existe libertad de expresión del pensamiento. Pero, donde se ha querido desaparecer una parte de nuestra historia, gracias a los consensos políticos e institucionales de la Transición. Se aceptó construir una convivencia democrática y estable, con obligarse a borrar todo recuerdo del pasado.
Nos hemos acostumbrado a no ver la diferencia moral entre democracia y dictadura, entre un gobierno de la Segunda República democrático y un golpe de estado franquista. Olvidando una realidad, que España después de Camboya, es el país del mundo con mayor número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados. Dos enfoques del pasado, que aún hoy persisten y que tienen diferentes formas de interacción y de confrontación según la posición política. Una cuestión de derechos humanos, que parece se ha querido olvidar con el paso del tiempo, donde tenemos pendiente en nuestra historia una represión franquista que siguió a la guerra dejó al menos 114.226 desapariciones forzadas. Necesitamos una Ley de Memoria Histórica que solucione de una vez, como deber del Estado, la vergüenza de unas fosas comunes que se reparten por todo el país.
La extrema derecha y la derecha en general, quieren que permanezca en el olvido nuestra historia: los que lucharon por las libertades y la democracia. Y, siguen defendiendo el recuerdo de un régimen franquista. Muchas generaciones de españoles no conocen bien lo que ocurrió durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. Durante muchos años se impuso el relato de los vencedores y ahora nos quieren seguir convenciendo de lo mismo. Los gobiernos de la democracia no han sido beligerantes contra el franquismo, todo se basó en una especie de pacto del olvido, pasar página y borrar todo recuerdo del pasado, por tener democracia y una supuesta convivencia. Necesitamos tener memoria, para no olvidar lo que pasó. Una democracia debe enfrentarse a la memoria de una guerra civil donde murieron y hubo matanzas de los dos lados enfrentados. Donde hubo una represión de casi 40 años con la dictadura franquista. Todo el mundo debe tener garantizado que todas las memorias tengan espacio para manifestarse y a dar respuesta a las memorias de muchas familias que aún tienen familiares enterrados en lugares desconocidos. El Partido Popular y Vox ya han anunciado que derogarán la Ley de Memoria Democrática, si llegan al poder. La historia se puede ocultar, deformar, pero nunca se puede cambiar, aunque se intente.