El IPC al 9,8%, nos hace más pobres

Según los datos adelantados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa anual del índice de precios de consumo (IPC) se ha situado en este último mes en un histórico 9,8% , lo que supone la inflación más alta desde mayo de 1985. Lo que implica que el poder adquisitivo de familias y empresas se ven disminuido, es decir seremos más pobres. La tasa interanual del IPC se ha incrementado 2,2 puntos en un solo mes, hay que tener en cuenta que el dato adelantado facilitado hoy por el INE solo recoge los precios hasta el 21 de marzo, es decir, que no tiene en cuenta los últimos días del mes con la huelga de transporte, el desabastecimiento y la subida general de precios. Lo cual nos hace predecir una inflación aún más alta para el mes de abril.

La subida de los precios de un 9,8% en el último mes afecta a la economía y a toda la sociedad, debido al aumento generalizado de precios de la electricidad, los alimentos y los combustibles. El IPC mide las variaciones en el tiempo de los precios de un producto o servicio, es decir: si sube o baja de precio. Si ha subido un 9,8% significa de una forma sencilla que la cesta de la compra costará un 9,8% más. Que los trabajadores no podrán mantener su poder adquisitivo; que al reducirse el ahorro de las familias,el consumo es menor; que dicha inflación significa un aumento de precios de las materias primas, lo que representa un aumento de precios, si quieren mantener sus beneficios las empresas. Que la inflación supone una pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, pero también de su dinero ahorrado, porque cada año valdrá menos.

Con estos, vuelven los años 80, donde se vivió una etapa de recesión del trienio 1980-1982, con un aumento medio del IPC al 14,5%. Volvemos al riesgo para la economía española, de la estaflación, es decir, el estancamiento económico acompañado de una fuerte inflación. Y, donde el acuerdo tras el último Consejo Europeo: de la capacidad que se ha otorgado a la Península Ibérica de topar los precios del gas, no será suficiente para bajar la inflación. Ni los fondos europeos asignados a España de 12.436 millones de euros, van a ser suficientes para levantar la economía española. Nos espera un futuro bastante decepcionante. Porque la economía neoliberal y la equidad son incompatibles. Si seguimos con los mercados con criterios con los dogmas neoliberales, cada vez habrá más brecha entre ricos y pobres. El neoliberalismo solo trae grandes riquezas para unos pocos y miserias para la inmensa mayoría.

Ayer fue la pandemia del Covid, ahora es una guerra injusta, como todas. La guerra de Ucrania, es una mala excusa, para que luchen y mueran los pobres, un engaño para que se convierta en un negocio para hacer más ricos a los ricos La guerra es puro negocio, un engaño para subir la inflación. Los precios siguen subiendo y los sueldos no, cada vez seremos más pobres y engañados por una sociedad neoliberal, a la que le importamos muy poco…

Esta entrada tiene un comentario

  1. Andrés Marco Lou

    Necesitamos un pacto de rentas, un acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales, en el aumento de los salarios como en el crecimiento en los márgenes y beneficios de las empresas. Necesitamos tener confianza y estabilidad en la sociedad, conteniendo la inflación y manteniendo el poder adquisitivo de los salarios. Pero, también que las empresas se sensibilicen de que deben contener sus beneficios.

    Hay que afrontar cómo se frena el incremento de los precios energéticos y cómo repercute esto al conjunto de la economía. No es que el Gobierno haga una intervención de la vida económica, sino que se llegue a un acuerdo social entre los agentes sociales: patronal y sindicatos. Quizás los sueldos no puedan crecer para equiparar la pérdida de poder adquisitivo, pero tampoco las empresas pueden mantener el aumento de beneficios.

    De la asignación de precios al mercado energético dependerá la inflación, que siga subiendo o se estabilice. Sin olvidar que es necesario, una reforma fiscal que suba impuestos a las rentas más altas y a las grandes empresas. No puede ser que «mi secretaria paga más impuestos que yo», dijo una vez Warren Buffett, uno de los inversores más ricos de Estado Unidos, quien ha defendido en más de una ocasión que los más ricos aporten más capital a las arcas del estado. Asegurar en definitiva, que los más ricos paguen un impuesto mínimo sobre la renta, para los multimillonarios y grandes empresas. Es necesario un pacto de rentas, para apretarse el cinturón todos y no solo los trabajadores

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