El anarcocapitalismo es una ideología económica, asentada sobre el dogma de «la propiedad privada y el libre mercado» y sin ninguna intervención del Estado. El anarcocapitalista Javier Milei, líder de la coalición La Libertad Avanza, no ha ganado contra todo pronóstico en la primera vuelta de las elecciones argentinas, un outsider de la política que representa el hartazgo con la política tradicional que tendrá que esperar en su llegada a la Casa Rosada, después del triunfo del peronista Sergio Massa y esperando a la segunda vuelta el próximo 19 de noviembre. El anarquismo liberal de Milei implica la abolición de todas las formas de estado por innecesarias, una defensa a ultranza del mercado y la libertad del individuo frente a la intervención del Estado, una apuesta por la desregulación y la privatización de sectores como el de la energía, la sanidad, la educación, las pensiones, la banca o la emisión de moneda y una aversión hacia los impuestos, postulando incluso que el Estado es ilegítimo.
Los argentinos deben dilucidar entre la disyuntiva del anarcocapitalismo y el Estado del Bienestar. Los argentinos han dejado de creer en el Estado del Bienestar, cuando el capitalismo y el Estado habían desarrollado mecanismos para sobrellevar la crisis, pero el problema es que Argentina siempre está en crisis. El Estado es el principal administrador, su número de tareas en educación, en salud, en pensiones, en ayudas… Crece cuanto más crisis hay. La inflación en Argentina está en rangos históricos, la variación acumulada desde que comenzó el año llegó al 80,2 %, mientras que la inflación interanual se situó en septiembre en el 124,4 % , esperando que pueda llegar a más del 140%. El precio de los alimentos sube, la subida de precios de los combustibles, cae la demanda del peso y sube la demanda de dólares, salarios bajos, retroceso en el consumo, caída de la producción, medidas del Gobierno que consiguen ningún resultado.
Esa es la Argentina que se encuentra Milei, cuando su populismo, su anarcocapitalismo propone medidas tan descabelladas como la quema del Banco Central de la República de Argentina (BCRA) o la dolarización de la economía para reducir la inflación. Milei si sale elegido, en la segunda vuelta o balotaje, como se conoce en el argot político argentino, el 19 de noviembre, puede acabar de destruir la economía argentina, más aún de lo que está. Argentina si borra la divisa del peso e introduce el dólar, la población no podrá disponer de su dinero en líquido y esto abocaría de nuevo al «corralito», es decir, la limitación temporal de poder disponer de los fondos depositados en las entidades financieras, como pasó en la crisis de 2001.
La extrema derecha y el populismo de derecha siempre emerge en fases de gran cambio o agitación, fomentando el miedo y la inseguridad a partir de relatos negativos, simplificando al máximo las cuestiones sociales y cargando todo de emocionalidad, dando la imagen que están mejor preparados para resolver los problemas que sus adversarios políticos. Milei busca en el anarcocapitalismo el camino hacia la privatización y liberalización radical. Quitando derechos como su oposición del aborto o la aberración que el vender y traficar con órganos sea considerado una transacción comercial. Los argentinos tienen en el balotaje del 19 de noviembre la posibilidad de votar en contra del que no quieren que sea el presidente, para que gane el peronista Sergio Massa de la coalición Unión por la Patria (UP), actual ministro de Economía y vencedor en la primera vuelta o Milei. Peronismo contra anarcocapitalismo, donde la excandidata a la presidencia Patricia Bullrich y el ex presidente Mauricio Macri han anunciado su apoyo a Milei. La respuesta el 19 de noviembre…