Democracia defectuosa en España.

España ha pasado de ser considerada una democracia plena a una «democracia defectuosa» en 2021, de acuerdo con el último Índice de Calidad Democrática que acaba de publicar la revista «The Economist». ¿Pero, se puede medir la democracia?  Los grados de democracia y su calidad, son intangibles. Entre las variables medidas por The Economist, estos fueron los resultados: proceso electoral y pluralismo (9,58), funcionamiento del gobierno (7,86), participación política (5,56), cultura política (7,50) y libertades civiles (9,12). Para ser considerado una democracia plena, los países necesitan una nota que supere los 8 puntos, España, ha tenido una puntuación de 7,94 con un deterioro de 0,18, respecto al año 2020, suficiente para relegar a España de “democracia plena” a la de “democracia defectuosa”. El descenso de España en 2021 se debe principalmente a una rebaja en su puntuación de independencia judicial, a la división política para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces, que sigue ejerciendo de manera interina, ya que su mandato expiró en 2018, y no ha habido acuerdo sobre el nombramiento de nuevos jueces. También cita el informe la «creciente fragmentación política», la «sucesión de escándalos de corrupción» y «el nacionalismo regional al alza en Cataluña».

Una tercera parte de la población mundial vive bajo regímenes autoritarios, mientras que apenas el 6,4 % disfruta de una democracia plena. La clasificación refleja los datos de 167 países divididos en cuatro grupos: democracia plena, democracia defectuosa, regímenes híbridos y regímenes autoritarios. Sólo 21 países disfrutan de una democracia plena de acuerdo al índice de democracia de The Economist. Son los siguientes, por orden de clasificación: Noruega (9,75), Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Islandia, Dinamarca, Irlanda, Taiwán, Australia, Suiza, Holanda, Canadá, Uruguay, Luxemburgo, Alemania, Corea del Sur, Japón, Gran Bretaña, Isla Mauricio, Austria y Costa Rica. Bajo el epígrafe de democracia defectuosa están Francia, Israel, España, Chile, Estados Unidos, Estonia, Portugal, República Checa, Botsuana e Italia.

Sabemos que la perfección no existe y que todas las democracias son imperfectas, aunque todos sabemos en qué consiste la perfección de una democracia. La democracia española tiene como sus principales fortalezas la celebración de elecciones limpias, la libertad de voto, de asociación y las libertades civiles. Sin embargo las principales debilidades de la democracia española son la corrupción, una alta desconfianza en los líderes políticos y en las instituciones. Hemos de estar orgullosos con nuestra democracia, pero también críticos y exigentes para conseguir una democracia plena, no solo en índices de calidad de un semanario, sino en el día a día.

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