Candidato gris y sin aura, para president.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa ha dimitido y comienza su etapa como candidato por el PSC a presidir la Generalitat de Cataluña para las elecciones del 14-F. Un candidato gris, un político sin aura, un hombre tranquilo, casi la resurrección de un hombre bueno y con unas dotes como gestor que aún tiene que demostrar y con unas cualidades como futuro president que algunos ponen en duda.  Salvador Illa un licenciado en Filosofía, con experiencia en política municipal y secretario de Organización del PSC, se relacionó con la llamada «cuota catalana» del Gobierno. De esta forma, se asumía que además de ocuparse de la política sanitaria, tendría un papel destacado en la labor de limar las asperezas con la Generalitat de Catalunya. Del Ministerio de Sanidad anterior liderado por María Luisa Carcedo se transformó en tres ministerios: Sanidad, encargado a Salvador Illa; Derechos Sociales, para el vicepresidente Pablo Iglesias; y Consumo, para Alberto Garzón. Un ministerio con todas las competencias traspasadas a las CC. AA., convirtió con el alto nivel de transmisión del Covid-19 a que la OMS declarará la pandemia internacional, que el Gobierno de España estableciera el estado de alarma y que Salvador Illa se convirtiera en uno de los políticos más conocidos.

La gestión de la pandemia de Salvador Illa, no es un tarea fácil de valorar. Algunos pensarán que ha sido un desastre, otros que ha tenido sus luces y sombras. Lo único a favor de Illa ha sido su papel calmado, conciliador y negociador, aunque quizás con falta de liderato de un político gris y sin aura. Los motivos suficientes o insuficientes, el paso al lado de Miquel Iceta de ceder la candidatura a Salvador Illa y la decisión de Pedro Sánchez de en plena crisis de la pandemia cambiar el ministro de Sanidad: le han convertido en un candidato con posibilidades a president de la Generalitat. Donde han prevalecido más las intenciones de voto, que su gestión como ministro de sanidad en plena crisis pandémica. Algo que le reportará muchas críticas en la campaña electoral catalana. Illa es el intento del PSC de recuperar el tiempo perdido durante el «procés», es la posibilidad de tener un president frente al enfrentamiento y la crispación, de volver al Estatut y huir del independentismo. Aunque la política catalana es un olla en ebullición, donde los independentistas aún tienen mucho que decir y la extrema derecha dará su campanada…

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