Caiga quien caiga

Caiga quien caiga es un compromiso con la ejemplaridad. En 2013 había mayoría absoluta del PP y el gobierno de Mariano Rajoy imponía recortes sociales. En realidad, desde 2007 existía la sospecha de un sistema corrupto por el que los grandes empresarios pagaban al PP cuando la Fiscalía Anticorrupción comenzó a investigar la denominada «trama Gürtel». Con la publicación de los «papeles de Bárcenas», extesorero en Génova, había constancia que mandatarios del PP  cobraban dinero en B: José María Aznar, Dolores de Cospedal, Francisco Álvarez Cascos, Jaime Mayor Oreja, Javier Arenas, Ángel Acebes y hasta un «M.Rajoy» cuyas iniciales coinciden con las del entonces presidente español. Todo esto fue el detonante del final de aquel ejecutivo, con la moción de censura a Mariano Rajoy y la llegada de Pedro Sánchez, a la Moncloa. 

Nadie fue juzgado por estas presuntas irregularidades, que se desvanecieron con excusas, como las de Mariano Rajoy: «todo es falso, salvo alguna cosa que es cierta». La corrupción, debería ser implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga, tanto cuando las presuntas irregularidades son por parte de la izquierda o por la derecha. Ahora, se pide la dimisión de Pedro Sánchez por el «caso Begoña Gómez» que revela las maniobras de la ‘trama Koldo’ con cobros ilegales en contratos de compra de mascarillas durante la pandemia. Foco puesto en el Gobierno de Pedro Sánchez a raíz de la detención de Koldo García, exasesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos por la sospecha del cobro de millones de euros en comisiones irregulares.

Hasta el momento Ábalos no estaba imputado en el caso, aunque como ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE desde el 2017 hasta el 2021, fue quien introdujo a Koldo García en el ministerio. Ahora, está al borde de la imputación después de que un informe de la Guardia Civil le atribuya un «papel relevante» en la trama corrupta, influyendo en otros organismos del gobierno español para conseguir favores. La Guardia Civil identifica a Víctor de Aldama, actualmente en prisión incondicional, asesor del grupo Globalia, del que formaba parte la aerolínea Air Europa, que fue rescatada con dinero público durante la pandemia. La «relación estrecha» con el exministro de Transportes, entre Ábalos, Koldo García y Pedro Sánchez hay que determinarla.

Caiga quien caiga es un compromiso con la ejemplaridad, el enfado es lógico entre la ciudadanía, cuando gracias a los fondos públicos, hay demasiadas personas que se llenan «supuestamente» los bolsillos. Ha pasado con la derecha y con la izquierda, en este país nadie roba, lo niegan, no lo admiten y lo justifican moralmente. El gran eslogan del movimiento 15 M de los indignados decía que: «No hay pan para tanto chorizo«, pero parece que en España no se acaba el pan. Ahora, a esperar si el «caiga quien caiga» se cumple alguna vez.

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