Caso Neurona: todo era mentira.

El caso Neurona comenzó en julio de 2020, una causa judicial abierta contra Podemos por presuntos indicios de fraude electoral en la contratación de la consultora Neurona durante la campaña de las generales de abril de 2019. Seis meses antes, en el mes de enero, Podemos había conseguido entrar en el Gobierno, y Pablo Iglesias, fue nombrado vicepresidente del Ejecutivo de Pedro Sánchez. El exabogado de Podemos José Manuel Calvente que había sido despedido y acusado por el partido de presuntos delitos de acoso sexual y laboral, denunció presuntas irregularidades en la financiación del partido. La Fiscalía pidió la apertura de una investigación por si ese contrato podía ser «simulado», y si en realidad los servicios los habían prestado trabajadores del partido. El propio partido fue imputado como persona jurídica.

Nuevas piezas se fueron abriendo y cerrando, informes policiales y acusaciones no probadas. Juan Carlos Monedero,  llegó a ser acusado por la UDEF de cobrar de Neurona con una factura “falsa” que, según consideró el juzgado, era verdadera. El «caso niñera» en que varias colaboradoras de Irene Montero, ministra de Igualdad, fueron imputadas por si habían malversado caudales públicos al cuidar en momentos concretos a sus hijos. El presunto fraude en las obras de rehabilitación de la nueva sede nacional de Podemos; los supuestos desvíos de fondos de la Caja de Solidaridad de Podemos a una supuesta caja B. Hubo hasta diez derivadas que todas fueron archivadas. En el «caso Neurona» todo era mentira.

Este miércoles se ha conocido que la justicia ha cerrado de forma definitiva el caso Neurona, tras desestimar el recurso presentado por Vox. Demostrando que no se ha producido ningún delito de apropiación indebida de fondos electorales. Lo grave es que nunca hubo nada, que lo único que se pretendía era dañar a Podemos y a sus dirigentes. Una guerra sucia judicial y política que Podemos ha sufrido desde su nacimiento. Un «lawfare » que nadie puede reparar, porque el mal ya está hecho.

La instrucción se basó en una amplia cobertura mediática y rumores, que fueron cayendo, uno a uno, porque nunca se encontró irregularidad alguna. Tres años después, el «caso Neurona» que llegó a ser comparado con el «caso Gürtel» o con Filesa que ni siquiera llegó a juicio. Todo puro lawfare contra Podemos, para debilitarlo políticamente y electoralmente, que en parte fue culpa de los demás, pero también del propio partido. El hecho es que Podemos pasó de obtener el 20,68 % de los votos en las elecciones generales de diciembre de 2015 y 69 diputados, a presentarse en la coalición Sumar en las elecciones del 23-J de 2023, oficializando después su ruptura y marchando al Grupo Mixto con sus cinco diputados.  De un posible «sorpasso» al PSOE en 2015, a la irrelevancia actualmente. El «lawfare» había conseguido en parte sus objetivos.

 

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