Hoy se cumplen 40 años, de aquel miércoles 15 de junio de 1977, fueron las primeras elecciones democráticas tras la dictadura franquista y la legalización de los partidos políticos. Se pudo votar en libertad para escoger a sus representantes en el Congreso de los Diputados y el Senado. Había ganas de votar, un porcentaje de participación del 78,83%, solo superado por el 79,97% de 1.982, posterior al intento de golpe de Estado de 23-F de 1.981. Hubo muchas personas que no pudieron votar por diferentes motivos, hubo fallos en el censo y problemas en las mesas electorales. Muchos jóvenes nos quedamos con las ganas de votar, la mayoría de edad establecida en España era de 21 años.
Los españoles dieron el paso definitivo de la Transición, la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido de centro derecha encabezado por Adolfo Suárez, ganó las elecciones generales con el 34,52% de los votos, seguido por el PSOE de Felipe González con el 24,44%, que se convirtió en el principal partido de la oposición, seguido por Alianza Popular (8%) y el Partido Comunista (6,3%).
Las elecciones consiguieron que las Cortes Constituyentes afrontaran la reforma del régimen franquista con la Constitución promulgada un año más tarde, poniendo en marcha la democracia, después de 41 años, en España. Se cimentó una Transición con el afán de la reconciliación, la amnesia y también con el miedo. Se aceptó una monarquía parlamentaria herencia del régimen franquista. Y, con la Ley de Amnistía de 1977, se intentó archivar de manera sistemática toda denuncia de víctimas de la dictadura y que decenas de miles de personas sigan, hoy en día, olvidadas en cunetas y fosas comunes. España prefirió «olvidar» a investigar los crímenes sucedidos y hacer justicia.
Pasamos de una España gris, de un entramado basado en la unidad, en la jerarquía católica, en una sociedad civil del franquismo, en unos terratenientes, empresarios y banqueros afines a la dictadura, en un Ejército inmovilista y en unos altos cargos de los cuerpos de la administración que luchaban por mantener sus derechos a una sociedad que luchaba por la libertad y la democracia. Las primeras elecciones de la democracia, fueron decisivas para que España cambiara, ahora después de cuarenta años no podemos vivir de añoranzas y necesitamos solucionar los problemas de hoy.