Violencia política y social

Cada vez es más patente la existencia de un nexo entre los hechos de violencia política y violencia social. Cuando los políticos transmiten valores violentos esto al final influye también en la sociedad. La violencia aparece en los medios de comunicación, en las redes sociales, produciendo más odio y violencia masiva, que puede servir para la estimulación de conductas violentas y se repliquen hechos violentos por imitación. Las personas nos vemos influenciadas por múltiples factores tales como actitudes, hábitos, intereses, conocimiento previo y también por lo que vemos reflejado en la política, en las actitudes de los políticos, en los medios de comunicación y en las redes sociales, que pueden ser un catalizador de la violencia. Cuando queremos definir la violencia, el Diccionario de la lengua española nos remite a la «cualidad de violento», es decir, hablamos de un acto de violencia que infringe a una persona o a varias, sea en su integridad física, moral o en el contexto ideológico y político, muchas veces con el intento de justificación de su uso. Cuando actúa la violencia como simple amenaza en la ritualización de la política parlamentaria, la violencia verbal puede convertirse en violencia política y puede trasladarse a la violencia civil y trasladarse fuera de las Instituciones.

El discurso político puede ser un elemento generador de hechos violentos. Se está extendiendo en la política española la instigación de los dirigentes de los partidos políticos al descontento a través del odio, la idea del enemigo e incluso el que los ciudadanos, en respuesta a la llamada de sus dirigentes utilicen la violencia. La utilización de la violencia como instrumento político, que se pronuncian en las Cámaras. en los discursos, en las entrevistas y en las redes sociales son alardes verbales con el propósito de arengar a los ciudadanos o de querer conseguir sus votos, sin ninguna responsabilidad por su parte. Atacando a la otra facción política, buscando el ataque en contra del otro y la imposición de su ideología. Donde la derecha y la extrema derecha asumen una cuestión mesiánica, en la que se erigen como los únicos que pueden rescatar a la sociedad de su descomposición.

Cuando el dirigente de Vox Ortega Smith en la Asamblea de Madrid, agredió a un concejal de Más Madrid, Eduardo Fernández Rubiño, lanzándole una botella de agua. durante el pleno del pasado 22 de diciembre. Estamos hablando de un acto violento. Cuando en las protestas frente a la sede socialista contra la Ley de Amnistía, lo hemos visto encarándose y coaccionando a las fuerzas de seguridad. Es un acto violento. Ayer en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid se ha reprobado al concejal, como la reprobación, que ya sufrió en 2019 por sus discursos contra la violencia de género, pero esto no tiene consecuencias legales, ni por supuesto no entrega su acta. La violencia es absolutamente inaceptable y requieren una respuesta inmediata de la sociedad. Si no se atajan estos hechos, podemos acabar a bofetadas dentro y fuera de la Instituciones. ¿Es realmente, lo que buscamos?

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