Tiempo muerto.

Mariano Rajoy ha renunciado ante el Jefe del Estado a intentar ser elegido presidente del Gobierno en la primera sesión de investidura, pero no descarta tratar de ser investido en otro momento si consigue los votos suficientes. Este movimiento estratégico de Rajoy significa que comenzará una segunda ronda de contactos entre el rey y los diferentes partidos, para encontrar un nuevo candidato para la investidura. La presión recae sobre Pedro Sánchez, se establece un tiempo muerto en el que la interinidad se dilata, habrá que escoger un nuevo candidato, conseguir apoyos para la primera sesión de investidura y si no lo consigue esperar dos meses que podrían conducir a la repetición de elecciones. Los resultados electorales del 20-D, han determinado la necesidad de pactar.

El tiempo muerto es una herramienta muy útil en algunos deportes, es una forma de mejorar el juego, de cambiar de mentalidad y de modificar el resultado del partido realizando una jugada que lleve a la victoria. Ahora, tenemos la posibilidad de que este tiempo muerto que se nos abre a continuación, nos sirva a todos, políticos y ciudadanos a entender la democracia como un ejercicio de dialogo, pacto, consenso para alcanzar un escenario diferente.

Pero, los españoles no tenemos cultura de pacto,  estamos acostumbrados a las mayorías, comenzamos una nueva etapa para nuestros políticos donde el miedo de no perder parte de su electorado marcará sus pactos y sus egoìsmos antes que los intereses generales de la población.Cuando hablamos de modelo de Estado de Bienestar o educativo en España, siempre hablamos de los países del norte de Europa, de las sociedades avanzadas donde tienen una larga tradición política de pactos de Gobierno. Las sociedades de estos países son tan plurales que casi nunca un partido puede gobernar en solitario sin apoyarse en otras fuerzas políticas.

España quizás sea diferente o no. Estamos en riesgo, de perder el tiempo y que este tiempo muerto no sirva para nada y que las nuevas elecciones sean algo irremediable. Ahora nos toca esperar, la decisión la tienen nuestros políticos, después quizás la volveremos a tener nosotros con nuestro voto.

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