Para llegar a un acuerdo es importante tener bien definidos los límites de cuánto estamos dispuestos a ceder para cerrar el trato, poner líneas rojas de entrada,barreras infranqueables, brechas imposibles, es el fracaso del principio de una negociación. Quizás es todo teatro y ningún partido (PP,PSOE, Podemos y Ciudadanos) son partidarios de plantear coincidencias y llegar a un acuerdo. Quizás todos están pensando en unas nuevas elecciones.Si planteamos una coincidencia entre PSOE y Podemos es que ninguno quiere que gobierne el PP. ¡Ya es algo, pero no suficiente!
Las líneas rojas se pueden posponer, se debería plantear un acuerdo de mínimos, porque en toda negociación, las partes implicadas deben renunciar a alguna de sus pretenciones. De lo contrario, no podemos hablar de pactos, sino de imposición. Porque nadie ha ganado las elecciones con mayoría. Por lo tanto, no podemos poner la base de algo con imposiciones «yo gano-tu pierdes», es necesaria la colaboración y llegar a un «yo pierdo-tú pierdes-nosotros ganamos».
Porque unas nuevas elecciones no cambiarán demasiado el escenario actual. Si el PSOE se abstiene y apoya al PP, mucho voto de izquierdas acudirá a Podemos, pero otros volverán al PP y a Ciudadanos. Y, si no queríamos mayorías absolutas, solo nos queda negociar y llegar a acuerdos para poder gobernar. El principal escollo, el derecho a decidir de los catalanes, Podemos lo mantiene como una prioridad y una promesa electoral. El resto de partidos como algo de lo que no quieren ni hablar. En el supuesto, de que en el acuerdo de mínimos no figurara el tema Catalunya y se le diera más importancia a otros problemas, como el paro, la corrupción, la despolitización de la justicia, la posible reforma de la Constitución… ¿Habría acuerdo o se buscaría otras nuevas excusas para no llegar a un acuerdo?