El anacronismo de Gibraltar.

La ubicación de un territorio, respecto del país al que pertenecen, es un anacronismo geográfico: islas, penínsulas y montañas que existen en el atlas del mundo separadas del país al que pertenecen. Y, también es un anacronismo histórico, la existencia de una colonia. Pero eso, son cuestiones de geógrafos e historiadores, en las que no pienso entrar. Gibraltar, es una pequeña península ubicada en la costa sur de España, un peñón que pertenece a Gran Bretaña y que es la última colonia en Europa.

Es un territorio británico, gracias a la firma del Tratado de Utrecht en 1713, el décimo punto exigía la cesión de Gibraltar y de la isla de Menorca a Gran Bretaña. Menorca regresó a España en 1782, pero Gibraltar continuó bajo dominio británico. El Tratado de Utrech, contempla la opción de que España pueda reclamarlo de nuevo, en caso de que deje de ser territorio británico. De momento, es el único territorio no autónomo en Europa, pendiente de deslocalización y que España siempre ha reclamado su soberanía.  

Gibraltar, además de un anacronismo, es un sitio donde hay más Bancos y empresas con domicilio fiscal, que habitantes en su territorio. Un lugar donde cientos de trabajadores y empresas de las comarcas más cercanas, trabajan y cobran de la economía del Peñón.  Donde familias y clanes enteros viven del contrabando del tabaco. Sin olvidar los derechos de pesca, que se siguen disputando España y Reino Unido. Siempre ha servido a determinados partidos a mantener la polémica sobre un «Gibraltar español» y la soberanía española. Gibraltar también participó en la votación sobre el «Brexit», donde votaron los «llanitos» por permanecer en la Unión Europea, al contrario que el Reino Unido. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este sábado que España a alcanzado un acuerdo con la Unión Europea por Gibraltar en el marco de la negociación por el Brexit, con lo que se garantiza el acuerdo previo de España, en una futura negociación de la soberanía de Gibraltar. Respeto a los patriotas y las ideas que tengan cada uno, pero a mi no me interesa el tema de «Gibraltar  español» como objetivo político, ni como tema de distracción de cosas más importantes. Un territorio es lo que sus ciudadanos quieren ser y los gibraltareños en dos referéndums han dejado bien sentado que no les interesa en absoluto ser españoles. 

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